LÍNEA EDITORIAL

La religión es paz, no violencia

Con la conmoción todavía presente por el terror yihadista que ha vuelto a golpear en España, conviene afinar en los diagnósticos y no dejarse llevar por opiniones ideologizadas que, cada vez que sucede una barbarie similar, apuntan hacia el hecho religioso como problema y fuente de violencia. La religión es paz, no violencia. Por supuesto puede servir a algunos como pretexto para la intolerancia y la violencia, y puede enfermar y llegar a oponerse a la naturaleza más profunda. Pero, si analizamos con detenimiento el fenómeno de las llamadas radicalizaciones exprés, vemos cómo para muchos jóvenes son precisamente la falta de sentido vital y la sensación de desamparo las que les precipitan hacia el abismo nihilista que, inevitablemente, conduce hacia el rechazo del otro. Ninguna causa justifica la violencia ni la muerte de nadie. El terrorismo es una práctica intrínsecamente perversa, del todo incompatible con una visión moral de la vida justa y razonable, como han recordado los obispos españoles. Así, con claridad, hay que condenarlo, acompañar a las víctimas, proponer la fe, como verdadera fuente de paz, y denunciar a quien trate de distorsionar lo sagrado, convirtiendo a Dios en su propiedad privada.

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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