Línea editorial
Resultados electorales discutidos en Pakistán
El pasado miércoles Pakistán celebró elecciones presidenciales
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Esta jornada electoral, marcada por un atentado terrorista que causó 31 muertos, tenía una especial significación política e histórica. Después de treinta y cinco largos años de dictadura, Pakistán celebraba por segunda vez en su historia unas elecciones en régimen de alternancia política. El dato merece ser alabado porque, con todas las dificultades habidas y por haber, el país se empeña en construir un régimen político de normalidad. Lo que no significa, de acuerdo a las informaciones que se difunden, que esto se haya conseguido.
El recuento de votos se ha visto marcado por las sospechas de fraude y la Liga Musulmana, partido actualmente en el Gobierno, amenaza con no respetar los resultados al tiempo que denuncia las intromisiones del Ejército a favor del candidato Imran Khan, del nuevo partido Movimiento por la Justicia. Pakistán es un tablero endiablado por las complicadas relaciones con la India, la tutela de los militares, los elevados índices de pobreza y esclavitud infantil, el acoso de los talibanes y la penetración del fundamentalismo en las entretelas de la sociedad y del propio Estado, que amenaza gravemente a las minorías religiosas, especialmente a los cristianos.
El partido de Khan, antiguo campeón de cricket, parece haber ganado ampliamente las elecciones, aunque se multiplican las denuncias de fraude. Habrá que ver si apuesta por la conciliación y la democracia o se confirman sus guiños populistas, pero no ha llegado el momento de la serenidad para este turbulento país.