línea editorial 21/10/2024
Sánchez se atrinchera ante la corrupción
Sánchez tiene que asumir responsabilidades políticas, como tantas veces reclamó él desde la oposición.
Madrid - Publicado el
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Alberto Núñez Feijóo ha reaccionado con rapidez ante la noticia de que la exposición razonada remitida por el juez de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, al Tribunal Supremo, para poder procesar a José Luis Ábalos, sitúa al Presidente del Gobierno como el “número 1” en el caso del rescate de Globalia. Un rescate que se gestó en reuniones en las que participaba el comisionista Víctor de Aldama, que se encuentra en prisión provisional.
Ante estos indicios Sánchez tiene que asumir responsabilidades políticas, como tantas veces reclamó él desde la oposición. Tanto por acción como por omisión el Presidente del Gobierno se encuentra acorralado por un tsunami judicial. A estas alturas, su credibilidad está bajo mínimos. Sánchez montó una moción de censura para acabar, aparentemente, con la corrupción y regenerar la democracia, y ahora está instalado no muy lejos de un entramado como no se conocía en la historia reciente.
Para Sánchez, a estas alturas, el poder ya sólo consiste en una cuestión de supervivencia. Un poder que no hace más que amenazar a la oposición, como se ha vuelto a demostrar con las declaraciones de María Jesús Montero refiriéndose a “informaciones que a todos nos escandalizarán”, en referencia a la pareja de Ayuso. No es de extrañar que por más que se le pregunte a Sánchez por los casos de corrupción que le deslegitiman, por si se reunió o no con Víctor de Aldama, su única respuesta sea el silencio o, a lo sumo, echar balones fuera.