Una bioética a pie de cama

El aborto y la eutanasia han sido dos asuntos de plena actualidad en los últimos años debido a la agenda política, pero la bioética es mucho más que el estudio de los problemas relacionados con el principio y el final de la vida, por importantes que estos sean, que lo son. Este es el planteamiento del Papa Francisco, y la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios lo ha puesto en práctica con el congreso mundial celebrado esta semana en Madrid. La bioética, en cierto modo, ha vuelto a sus orígenes históricos, como reflexión y denuncia sobre las injusticias que privan a millones de personas de derechos básicos como la atención sanitaria. Los Hermanos de San Juan de Dios lo sufrieron en carne propia en 2014 con la epidemia de ébola en África, e incluso algunos hermanos y colaboradores de la orden dieron su vida curando a esos enfermos sin apenas medios materiales, mientras en Occidente el asunto empezó a preocupar solo cuando llegaron los primeros infectados. El presidente de la Pontificia Academia para la Vida, monseñor Vincenzo Paglia, ha avalado con su presencia en Madrid esta línea de reflexión y ha propuesto buscar aliados fuera de la Iglesia. Falta va a hacer. Porque si las controversias éticas son ya hoy complejas, se avecinan debates aún más arduos relacionados con el alargamiento de la vida, los avances en genética o la robótica, por poner algunos ejemplos. La aportación insustituible de los Hermanos de San Juan de Dios es la humanización de todas esas cuestiones, proponiendo un bioética a pie de cama junto a la persona que sufre en cualquier cama de hospital.