La Unión Africana y el conflicto del Sahara

En Nuakchot, la capital de Mauritania, se ha celebrado una cumbre de la Unión Africana centrada en el conflicto del Sahara Occidental, el viejo conflicto que enfrenta desde hace décadas a Marruecos y Argelia, dada la imposibilidad de organizar un referéndum de autodeterminación en la antigua colonia española.

El rey de Marruecos ha preferido no asistir a esta asamblea a sabiendas de que el debate sobre el Sahara podría envenenarse más de lo que está, ante el informe presentado por la propia UA sobre la constitución de un “mecanismo” encargado de mediar en el conflicto, en paralelo con las Naciones Unidas. Nadie cree que ese nuevo Comité africano, integrado por varios jefes de Estado, vaya a obtener algún resultado positivo, como tampoco lo ha tenido la misión conciliadora de la ONU.

Más aún, el problema se ha complicado últimamente con la apertura de una ruta que une al Sahara con Mauritania más allá de las fronteras ficticias fijadas en los acuerdos de alto el fuego de los años 80. El meollo del problema sigue siendo que Marruecos se opone frontalmente a la celebración del referéndum acordado por la comunidad internacional, en contra de la posición de Argelia que apoya sin desmayo al Frente Polisario.