El adiós de Mónica Oltra

Investigada judicialmente por el supuesto delito de encubrimiento de abusos sexuales a una menor tutelada, por parte de su entonces marido, la vicepresidenta de la Comunidad Valenciana, Mónica Oltra, ha dimitido finalmente de todos sus cargos. La decisión la ha tomado justo después de una vergonzosa fiesta de solidaridad que le montó para respaldarla su partido, Compromís, cuando todavía mantenía que no dimitiría "por ética, estética y política", vulnerando precisamente el código ético de su formación política que le exigía la dimisión. El cambio de postura de la señora Oltra no obedece a un repentino ataque de lucidez política. La ya exvicepresidenta valenciana se había convertido en un estorbo tanto para el gobierno de Ximo Puig como para el proyecto de Yolanda Díaz.

En todo caso, la huella que deja tras de sí es la de un sectarismo típico de algunos que llegaron para combatir, supuestamente, los vicios de la “vieja política”. En ningún momento, desde que empezaron a llover las denuncias de abusos sexuales en residencias de menores tuteladas, en los que están implicados como supuestos encubridores una decena de funcionarios a las órdenes de la señora Oltra, el ministerio de Igualdad ha movido un dedo para respaldar a las víctimas. Un silencio culpable que también ha mantenido el propio Gobierno de Sánchez, así como las líderes de los movimientos feministas.