La advertencia de los jueces
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Madrid - Publicado el - Actualizado
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Como quedó claro en la última sesión de control, Sánchez considera que no tiene por qué responder a los diputados y, mucho menos, a quien le ha ganado todas las elecciones celebradas desde el pasado 23 de julio. El presidente desprecia el debate parlamentario y prefiere ser él quién marque el tono de las sesiones. Por eso prefiere utilizar el monólogo para tratar cuestiones que deberían ser abordadas en sesión parlamentaria. Ante las cámaras de la televisión pública, Sánchez ha arrojado a la cara del PP un ultimátum: o se avanza en la renovación del Poder Judicial, o el Gobierno tramitará una nueva ley que modifique el sistema de nombramiento de la cúpula judicial y de los vocales del órgano de gobierno de los jueces.
El presidente interino del CGPJ se ha dirigido por carta a las presidencias de ambas Cámaras legislativas expresando un temor: si el Consejo deja de nombrar a los magistrados del Supremo, a los presidentes de las audiencias provinciales y de los tribunales superiores de justicia, habrá que decir adiós a la independencia.
El presidente del Gobierno no debe sembrar dudas sobre un tema de tanta envergadura para el buen funcionamiento del Estado de Derecho. De la misma manera, tampoco puede usar la amenaza para atemorizar. Su obligación es comportarse de manera coherente y dejar de lado el ventajismo. Hay que abordar la renovación, pero hay que hacerlo con garantías de que la reforma será constitucionalmente respetuosa y negociada con luz y taquígrafos con el primer partido de la oposición.