Madrid - Publicado el - Actualizado
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Cuando se celebraron elecciones en Finlandia, el Partido de los Verdaderos Finlandeses , un partido de derecha radical, recibió un considerable apoyo. Ahora ha entrado en el Gobierno. La formación explota el miedo a los migrantes, aunque Finlandia tiene una cuota de inmigración baja y necesita trabajadores extranjeros para mantener su sistema productivo y su sistema de bienestar. Partidos como este, que apelan al miedo, han proliferado en Europa. La instrumentalización de los sentimientos genera en muchos la sensación de ser víctimas no atendidas, no protegidas. Y eso no responde a la realidad: si todos somos víctimas, no hay víctimas reales. Es el mismo mecanismo que utiliza también la izquierda identitaria.
Finlandia, que ha ingresado en tiempo récord en la OTAN, ha visto como el Partido de los Verdaderos Finlandeses ha sacado rentabilidad de su discurso contra las organizaciones internacionales, especialmente contra la UE. La pandemia y la invasión de Ucrania nos han dejado claro que necesitamos “más Europa”, a pesar de todas las deficiencias y problemas de las instituciones europeas. Pensar que un país de la Unión Europea puede salir adelante solo, es estar fuera de la realidad. No hay más que mirar lo que le está sucediendo al Reino Unido después del Brexit. Allí las formaciones radicales crecen porque hay muchos que se sienten víctimas: víctimas del feminismo, de las políticas progres o de la globalización. La globalización provoca un estado de perplejidad en el que crecen los nacionalismos, los particularismos, y el soberanismo.