Delors y Schäuble: Europa despide a dos gigantes
Un católico francés y un protestante alemán: dos hombres sin los cuales la Unión no sería hoy lo que es
Madrid - Publicado el
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Europa despide esta semana a dos gigantes de la política, dos hombres sin los cuales la Unión no sería hoy lo que es. El primero, un católico francés, socialista del ala moderada, que antepuso Bruselas a la oportunidad de suceder a François Mitterrand, por sentirse mucho más a gusto en el terreno de los grandes consensos que en el de la confrontación partidista.
El segundo, un protestante alemán, un democristiano injustamente conocido fuera de su país apenas solo por su defensa de la ortodoxia fiscal, a pesar de haber sido la persona que dio forma a la reunificación alemana y un europeísta convencido cuya contribución a la estabilidad y cohesión de la Unión mereció el reconocimiento del premio Carlomagno.
La historia terminará de hacer justicia al legado de Wolfgang Schäuble. Por fortuna, no existe esa necesidad con Jaques Delors. Su contribución a la arquitectura institucional comunitaria es tan apabullante que resulta imposible no reconocerla en cualquier ámbito. Desde el programa Erasmus al euro, sus años al frente de la Comisión han marcado a varias generaciones de europeos.
Mientras se fraguaba la reunificación alemana y el final de la Guerra Fría, Jacques Delors lideraba el tránsito de la Comunidad Económica Europea a la Unión, con una perspicaz visión de la historia que le sitúa en el mismo plano de los padres fundadores de Europa, como Schuman, Monet, Adenauer o De Gasperi. España y Portugal le guardan especial gratitud por su empeño personal en la ampliación al sur y por la puesta en marcha del Fondo de Cohesión, obras tangibles que han hecho creíble el proyecto europeo.