Madrid - Publicado el - Actualizado
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El “culebrón” del encuentro en Barajas del ministro de Trasportes José Luis Ábalos, con la vicepresidenta de Venezuela, se nutre hoy con un nuevo capítulo en el que se entrelazan las mentiras con la política exterior, los intereses económicos de España y las simpatías ideológicas de un sector del Gobierno hacia el chavismo. Lo que hoy revela en exclusiva el diario ABC implica directamente al presidente del Gobierno español, al quedar al descubierto que Delcy Rodríguez habló personalmente por teléfono con Sánchez para pedirle que no recibiera al presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, durante su estancia en Madrid.
Sabemos que Sánchez no le recibió, como sí hicieron los principales mandatarios de la Unión Europea. También sabemos que Moncloa salió al paso del escándalo afirmando que Ábalos había evitado una crisis internacional, lo que sugiere algún tipo de chantaje por parte de la dictadura venezolana, que también presiona para que sea expulsado de la embajada española en Caracas el líder opositor Leopoldo López. En cualquier caso, se hace cada vez más necesario que no sólo el ministro Ábalos, sino el propio presidente Sánchez, den explicaciones en el Congreso de los Diputados antes de que la trama se enquiste en un callejón sin salida y se provoque una crisis aún mayor que pudiera implicar sanciones internacionales.