El futuro de Gibraltar

El próximo domingo los jefes de Gobierno de los 27 países miembros de la Unión Europea firmarán el pacto sobre los criterios que deberán regir la salida del Reino Unido de la Unión. A útima hora, el gobierno de Pedro Sánchez se ha dado cuenta de que Theresa May, “con nocturnidad y alevosía” según ha dicho el secretario de Estado para la Unión Europea, Luis Marco Aguiriano, ha retirado del acuerdo cualquier referencia a Gibraltar, con lo que coloca a España fuera de juego en lo referido a las decisiones futuras sobre el peñón.

El gobierno de Sánchez llega tarde y debilitado a una cuestión que no es menor. Es cierto que lo que se discute no es la soberanía del peñón sino, entre otras cosas, cómo garantizar los derechos de los españoles que trabajan en Gibraltar, o cómo atajar el contrabando e impedir que ese territorio se convierta en un foco descontrolado de operaciones fiscales dudosas.

Al gobierno español le queda la baza del voto negativo al acuerdo sobre el Brexit, lo que supondría un veto que produciría profunda incomodidad entre nuestros principales socios. En todo caso, es responsabilidad del Gobierno asegurar que cualquier decisión que se tome en el futuro sobre Gibraltar cuente con la aprobación de España.