Iowa, o la gran pregunta de si hay alternativa a Donald Trump
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Madrid - Publicado el - Actualizado
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Las primarias de Iowa ponen mañana en marcha un largo y apasionante proceso electoral que culminará en las elecciones de noviembre. El actor principal de esta puesta en escena está definido. Es Donald Trump, a quien las encuestas otorgan cómoda ventaja en el campo republicano y amplias probabilidades de derrotar a un Joe Biden incapaz de remontar sus bajos índices de aprobación. La perspectiva de un nuevo triunfo de Trump genera ansiedad en Europa, a la par que euforia en el Kremlin. En EE.UU., sin embargo, se ha desvanecido ese mensaje que, a duras penas, logró colocar Biden, de que lo que estaba en juego en 2020 era nada menos que la democracia y el “alma de la nación”.
Entre los republicanos, por descontado, nadie se atreve a toserle. El único candidato crítico, Chris Christie, se ha retirado de las primarias, mientras Ron DeSantis y Nikki Haley pelean por el segundo puesto en un tono tan bronco que minimiza las esperanzas de aunar el voto alternativo entre los conservadores.
El panorama cambiaría si Trump ganara en los primeros estados por menor margen del esperado y se viera obligado a descender al debate cuerpo a cuerpo, çen lugar de permanecer cómodamente instalado en la estratosfera, inmune a lo que sucede en la campaña, incluidos los procesos judiciales que se siguen contra él. A menos que esto suceda, el Partido Republicano seguirá dominado por el populismo, frente a un Biden cuyo mayor mérito parece hoy el taponar análogas pulsiones radicales en sus propias filas. Ninguna de las alternativas, tristemente, representa un liderazgo sólido y responsable como el que EE.UU. hoy necesita