Línea Editorial COPE: La alcaldía de Pamplona en manos de Bildu

Precedida de una intensa movilización en la calle, la moción de censura que ha convertido hoy al candidato de Bildu, Joseba Asirón, en alcalde de Pamplona gracias a los votos del Partido Socialista de Navarra, representa a las claras el drama que atraviesa España, con un partido socialista que ha traspasado todas las líneas rojas.

La primera, el incumplimiento de la palabra. Reiteradas veces los socialistas afirmaron que nunca le facilitarían Pamplona a Bildu. Y, segunda, el proceso de blanqueamiento de Bildu, al que se presenta como un partido de izquierda progresista.

Bildu es una formación política cuyos concejales, también en Pamplona, no han condenado a ETA, incluso algunos de ellos han sido apartados anteriormente de la política por violencia o por colaborar con la banda terrorista.

El partido socialista, desoyendo el resultado de las elecciones en las que la lista más votada fue la de la hasta ahora alcaldesa de UPN, Cristina Ibarrola, en vez de unirse a las fuerzas constitucionalistas, entrega el Ayuntamiento de Pamplona a Bildu sólo para mantener a Pedro Sánchez en la Moncloa.

Aunque el Gobierno quiera transmitir que se trata de un acuerdo en clave municipal, no hay que olvidar que el ayuntamiento de Pamplona no es un ayuntamiento cualquiera. Es el ayuntamiento que la izquierda abertzale siempre ha querido como pieza clave de su proyecto de anexionar Navarra al País Vasco para la conformación de la gran Euskalherría.

Bildu no pone el mismo interés en conseguir el consistorio de Vitoria. Lo que ha ocurrido hoy en la capital de Navarra no sólo es un mazazo para el constitucionalismo sino una humillación para las víctimas de ETA, muchas de ellas socialistas