Línea editorial COPE: Occidente no puede abandonar a Ucrania

Rusia tiene la victoria en Ucrania al alcance de su mano, según el diagnóstico de la inteligencia norteamericana. Puede ser cuestión de semanas, según han comunicado a un grupo de legisladores los principales asesores del presidente Biden en materia de seguridad. Mientras Putin ha puesto a pleno rendimiento su industria armamentística, Ucrania se está quedando sin munición, y los partidarios de Donald Trump en el Congreso mantienen paralizadas las ayudas. La Casa Blanca teme consecuencias colaterales. Si Ucrania pierde la guerra por falta de apoyo de EE.UU., ¿qué país va a tomarse en serio ninguna promesa norteamericana? Tampoco la ayuda europea llega al ritmo que debiera, debido al veto de Hungría, a la espera de que la Comisión apruebe un mecanismo alternativo. Aun así, Europa se mueve con lentitud, su industria no produce armas al ritmo que se requiere y los debates políticos lastran toda acción.

La visita ayer de Emmanuel Macron a Berlín supuso un espaldarazo al compromiso europeo en la defensa de Ucrania, pero alemanes y franceses mantienen reticencias al envío de tanques Leopard y Lecrec por temor a aparecer a ojos de Moscú como países beligerantes, olvidando que una victoria de Putin dejaría a toda Europa, no solo a Ucrania, en una posición profundamente vulnerable. Frente a la sensación de urgencia inicial, ha cundido en las cancillerías cierto cansancio, unido al convencimiento de que el conflicto será largo. La cruda realidad es otra: a menos que vuelva inmediatamente la ayuda Ucrania, estaremos a las puertas de una derrota desastrosa para todo el continente.