Línea editorial: "La persecusión a la Iglesia en Nicaragua"
En marzo el Gobierno nicaragüense solicitó a la Santa Sede el cierre de sus sedes diplomáticas, en una espiral de tensión y persecución que no hace más que crecer cada día que pasa
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Entre los numerosos sitios del mundo donde se persigue expresamente a los cristianos, Nicaragua ocupa un lugar destacado en los últimos años. Desde que en 2018, los obispos denunciarán abiertamente la represión del Gobierno sandinista hacia todos aquellos que osaran llevarle la contraria en la implementación de algunas de sus políticas, el Ejecutivo de Daniel Ortega no ha cesado de hostigar, sobre todo a sacerdotes y obispos.
En los últimos días ya van trece sacerdotes detenidos, entre ellos el rector del Seminario Mayor de Matagalpa, perteneciente a la diócesis de monseñor Rolando Álvarez, exiliado el pasado mes de enero. En marzo el Gobierno nicaragüense solicitó a la Santa Sede el cierre de sus sedes diplomáticas, en una espiral de tensión y persecución que no hace más que crecer cada día que pasa.
Desgraciadamente ni Nicaragua está en el foco mediático, ni tampoco la persecución a los cristianos ocupa un lugar relevante en la mayoría de los medios, que optan de horma ominosa por el silencio y por mirar para otro lado.
Es tiempo de ser valientes y acompañar, cada uno de la forma que pueda, a nuestros hermanos nicaragüenses, especialmente a aquellos que se sufren persecución a causa de su fe. El coraje de su testimonio en medio de la prueba, nos fortalece y es, con el anuncio del Evangelio, ya una denuncia en sí misma de todos aquellos gobiernos autoritarios que no respetan los derechos fundamentales, entre ellos el de la libertad religiosa.