LÍNEA EDITORIAL
La mujer no es un objeto de disputa ideológica
El ejemplo palmario son las distintas convocatorias que están teniendo lugar durante el día de hoy, en diferentes puntos de España
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Uno de los efectos perversos que ha tenido el auge de la ideología del feminismo radical ha sido la polarización social generada que, a la postre, han oscurecido legítimas reivindicaciones que deben abrirse paso sin pasar por la batidora de la ideología. El ejemplo palmario son las distintas convocatorias que están teniendo lugar durante el día de hoy, en diferentes puntos de España, o los habituales mantras lanzados desde ministerios ornamentales, que solo consiguen dividir aún más a la sociedad.
La mujer no es un objeto de disputa ideológica. Al contrario, la mujer tiene pleno reconocimiento social y legal en España, desde mucho antes que algunos se hayan arrogado una representación que nadie les ha otorgado. A menudo se les llena la boca de eslóganes en torno a una idea de progreso que apunta a un horizonte muy estrecho.
En cambio, sí es profundamente progresista reivindicar el ser femenino en su naturaleza y mostrar sin complejos la genuina diferencia y complementariedad que existe entre los dos sexos. Es progresista reconocer el valor de la maternidad y hablar del específico cuidado que solo la mujer puede aportar. Es progresista huir del sectarismo ideológico y no dejarse enredar por la trampa de una artificial lucha de sexos. Es progresista, al fin, celebrar el Día Internacional de la Mujer dando visibilidad a tantas mujeres que, junto a los hombres, van tejiendo los hilos invisibles de la historia, con su trabajo callado y diario; emprendedoras valientes que, con sus vidas entregadas, son ejemplos vivos de lo que el Papa Francisco llama la santidad de la puerta de al lado.