La penúltima ocurrencia de Yolanda Díaz

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha tenido la ocurrencia de decir, después de una supuesta reunión con asociaciones de hostelería y restauración, que los horarios de los restaurantes en España deberían adaptarse a los horarios europeos y que “no es razonable que estén abiertos hasta la una de la madrugada”, algo que ha calificado como “una locura”.

Ante la rápida y contrariada reacción del sector, la ministra de Trabajo ha querido matizar insistiendo en que su intención ha sido proteger los derechos de los trabajadores de la hostelería. Tendría que recordar que el horario de los restaurantes lo establece la demanda de servicios por parte de los clientes, dentro de una legislación cuya competencia en lo referido al control de la normativa está en los ayuntamientos.

El sector de la hostelería y la restauración tiene en España otros problemas más acuciantes, como la carencia de mano de obra o la escasez de formación adecuada en un momento de expansión. Siempre es necesario garantizar condiciones dignas en el trabajo. El problema es otro: Yolanda Díaz no puede ignorar la forma de vida de los españoles, su manera de relacionarse y de afrontar el tiempo de ocio, en el que se enmarca habitualmente el consumo en los restaurantes. Eso puede evolucionar, evidentemente, pero no corresponde a un gobierno dictar la cultura del ocio de una sociedad. La pretensión de coartar la libertad de las personas y poner límites a la iniciativa empresarial responde a un absurdo moralismo que poco tiene que ver con el verdadero servicio de un gobernante al bien común.