Madrid - Publicado el - Actualizado
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Este martes se celebran elecciones legislativas en Israel. Existe la posibilidad de que el actual primer ministro Benjamín Netanyahu no revalide su cargo ya que la alianza centrista del exgeneral Gantz llevaba ventaja en los últimos sondeos. El parlamento israelí está muy fragmentado pero la fragmentación no es solo política. En Israel conviven en realidad tres países diferentes: el Israel laico, que se desarrolla fundamentalmente en torno a Tel Aviv; el Israel ultraortodoxo que cada vez aspira más a la identificación de la nación con una cierta interpretación del judaísmo; y el Israel de las minorías, fundamentalmente formado por los árabes israelíes que cada vez se sienten más discriminados.
Netanyahu ha dejado de lado en los últimos años cualquier esfuerzo por conseguir una paz estable con los palestinos. Lejos quedan los Acuerdos de Oslo firmados hace 25 años. El principio de paz por territorios es papel mojado más que nunca, porque Netanyahu ha apoyado la expansión de los colonos en el terreno que, según el Derecho Internacional, pertenece a los palestinos. Especialmente sangrante es el desarrollo de una Gran Jerusalén que se apropia de forma definitiva de Jerusalén Este y que se extiende por Cisjordania. La política de bloqueo de Gaza ha creado una situación muy dura y ha contribuido a fortalecer al grupo islamista Hamas. Sólo un cambio de gobierno en Israel podría cambiar este panorama.