Vuelve Puigdemont

Unos meses después de anunciar que abandonaría la política si no era elegido presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont vuelve a asumir la presidencia de Junts. Por aclamación, el congreso político de Junts lo ha fiado toda una vez más al líder que convirtió a la antigua formación burguesa en un partido antisistema. Nunca los antiguos convergentes habían acaparado menos cuota de poder institucional. Como respuesta, Puigdemont anuncia que quiere recuperar la centralidad, lo cual no significa volver a la “moderación”, sino recuperar para el independentismo la hegemonía perdida y tratar de reconquistar, por esta vía, los votos fugados a ERC.

La palanca para lograr estos objetivos ha sido hasta ahora la debilidad del Gobierno central. El balance en el primer año de legislatura no podría haber sido más favorable para sus intereses. La ley de amnistía y el cupo catalán son concesiones de un calibre que, ni en sus momentos de mayor apoyo electoral, obtuvo nunca el independentismo. Se explica así la reacción ayer en COPE del expresidente de Extremadura Rodríguez Ibarra, decepcionado con la deriva de su partido y con la traición a sus votantes. Con todo, la crisis interna en el PSOE y en las formaciones a su izquierda auguran una nueva fase en la legislatura. La debilidad del Gobierno empieza a ser excesiva para los intereses de Junts. Puigdemont, en todo caso, puede darse ya por satisfecho. Gracias a Pedro Sánchez ha recuperado el protagonismo que los catalanes, en las urnas, le negaron. Lo último que se le pasa ahora por la cabeza, se entiende, es abandonar la política.