El Ritz recupera las viejas esencias
El icónico hotel madrileño reabre sus puertas tras la mayor reforma de su historia con cien millones de euros de inversión
Madrid - Publicado el - Actualizado
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A Michael Jackson no le dejaron pasar por ir con sus mascotas. James Stewart tuvo que mostrar su placa militar de coronel para poder alojarse en una época en que los actores no eran bien vistos por estos lares. A Ava Lavinia Gardner la echaron por juerguista. Son leyendas de un pasado glamuroso que recupera ahora todo el fogonazo de su esplendor en el Ritz, tras tres interminables años de obras de reforma que extienden un cheque de cien millones de euros de inversión. Obras en las que se dejó la vida en un accidente laboral Romulus, un cantante de ópera de 40 años, nacido en Togo, que se ganaba la vida cargando placas de pladur. Fue en septiembre de 2018. Un derrumbe sepultó sus sueños.
HABITACIONES NO APTAS PARA BOLSILLOS EN CRISIS
El renovado Hotel Ritz cuenta con 153 habitaciones, entre ellas 53 suites, con precios astronómicos como se corresponde con su leyenda y su categoría 5 estrellas. Alojarse una noche en el Ritz no baja de los 600 euros aunque las suites más exclusivas se cotizan a miles de euros la noche. El emblemático hotel presenta además cinco espacios gastronómicos, con tres restaurantes y dos bares, bajo la batuta del chef Quique Dacosta, acompañado de sus tres estrellas Michelin, así como un oasis, en el centro de la capital, en forma de spa con una piscina interior. El jardín y la terraza se mantienen como un relajante respiro en medio de la vorágine urbana.
MISCELÁNEA DE LO ANTIGUO Y LO MODERNO
Los quince mil metros cuadrados de lujo del renovado Hotel Ritz maridan un toque contemporáneo con un aroma antiguo. Se mantienen las viejas y doradas esencias con la inspiración arquitectónica clasicista y ese estilo Belle Époque tan característico, que algunos denominan espíritu zarista, gracias al trabajo del arquitecto Rafael de la Hoz y de los interioristas Giller y Boissier, que han seguido las pautas estéticas de cierto cosmopolitismo, marcadas por el Ritz original, erigido en la Plaza de la Lealtad en 1910 como un calco del Ritz parisino de la elegante Place Vendome.
“Madrid y el Ritz han viajado juntos desde hace más de un siglo. Han vivido experiencias únicas. Inolvidables. Y lo volverán a hacer. Queremos compartir con orgullo que abrimos nuestras puertas con los mismos trabajadores con los que las cerramos. Bienvenidos a su casa”. Eran las palabras de acogida del director general del Mandarin Oriental Ritz, Greg Liddell.
“Hoy es un día feliz para la ciudad de Madrid porque recuperamos uno de los grandes iconos de nuestra historia. Hay que agradecer al grupo Mandarin el compromiso demostrado con la ciudad; que haya mantenido el empleo a lo largo de estos años y potenciado todas las capacidades de formación para situar al hotel como uno de los grandes del mundo”, recalcaba este jueves el alcalde de la capital, José Luis Martínez- Almeida.
Por su parte, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, aseguraba que “esta reapertura simboliza la reapertura del sector, de los viajes y los vuelos. Ya contamos con once mil plazas hoteleras 5 estrellas, a lo que ahora sumamos a nuestro querido Hotel Ritz, que ha sido, es y será uno de los hoteles más lujosos de todo el mundo.”
Uno de los momentos más emotivos llegaba con la apertura oficial de puertas del hotel por parte de Agustín Hernández, el empleado más antiguo en activo desde hace casi medio siglo, acompañado de la representante de los trabajadores jubilados, Rosa María Montoya, y del director general, Greg Liddell.
Todo ha cambiado en el Ritz para que todo siga igual. Seguro que Giuseppe Tomasi di Lampedusa y su Gatopardo estarían de acuerdo.