Rato acusa a varios miembros del gobierno de provocar su detención

El ex responsable de Bankia comparece en la comisión que investiga la crisis financiera y expone su visión sobre el rescate de la entidad

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Rato cree que el Gobierno quiso el rescate de España y sólo logró el bancario

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato ha asegurado que le da "mucha pena" ver cómo después de más de treinta años en la política, varios miembros del Ejecutivo actual participaron en una supuesta campaña que acabó con su detención en abril de 2015 acusado de fraude fiscal. El exbanquero recordó que el 16 de abril de 2015 se le detiene en su casa, delante de sus vecinos y sus hijos, acusado de delito fiscal y blanqueo de capitales, con una derivada de alzamiento, "en base a una denuncia de la Agencia Tributaria". Sin embargo, él sostiene desde el primer momento y hoy acaba de reiterar en el Congreso de los Diputados que ni tiene dinero en paraísos fiscales ni ha dejado de pagar nunca a Hacienda. Pero lo más llamativo es que ha enumerado una serie de hechos previos a esa detención para dejar entrever una campaña previamente orquestada por el Gobierno para acabar con su detención. Entre ellos, ha citado que un día antes, el 15 de abril de 2015, a las 9 de la mañana el ministro de Justicia, Rafael Catalá, cuenta en "Los Desayunos de TVE" algunos de sus datos fiscales.

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Un día antes, el 14 de abril, había sido el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quien había hablado "con más habilidad" de este asunto, según Rato, en el Congreso de los Diputados, después de que en la víspera se publicara en Vozpópuli que Rato se había acogido a la amnistía fiscal y se le estaba investigando. Esa investigación habría surgido a raíz del Sepblac, la unidad de inteligencia financiera dependiente del Ministerio de Economía, departamento que dirige Luis de Guindos y con quien Rato asegura que días antes había tenido un encuentro el autor de la noticia. Además, de a Catalá, Montoro y De Guindos, Rato ha sumado a la lista a la ministra de Empleo, Fátima Báñez, pues asegura que fue ella quien aviso a su entonces secretaria personal de que era conveniente que se fuera apartando de mí. A mí sí que "me da mucha pena", ha lamentado el que fuera ministro de Economía en los gobiernos de José María Aznar, después de que el diputado del PP Miguel Ángel Paniagua le afeara que después de haber hecho "un trabajo magnifico para este país", se haya desprestigiado por sí solo.

"No se da cuenta de que personas como usted son las que deben hacer un esfuerzo especial para cumplir la ley; no se da cuenta del daño que ha hecho a nuestro partido y a toda la clase política y lo negativo que es esto para un país", le espetó el diputado popular.   Báñez ha desmentido minutos después sus palabras. "Es totalmente falso", han dicho fuentes del Ministerio de Empleo

DARDO A GUINDOS 

El exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato ha asegurado también que el ministro de Economía, Luis de Guindos, le pidió que dimitiera como máximo responsable de Bankia y ha dado a entender que el Gobierno de Mariano Rajoy quiso el rescate de la economía española en su conjunto tras su llegada al poder. Sin embargo, ha añadido, sólo logró el del sector financiero en el verano de 2012, "el único rescate que le ofrecieron", y la prima de riesgo española llegó a 700 puntos básicos, más de 400 puntos por encima que un año antes. Todo ello contribuyó, en su opinión, a que entre enero y septiembre de ese año, 250.000 millones salieran de la banca española, el 25 % del PIB.

El rescate a la banca, ha explicado durante su intervención en la comisión que investiga la crisis, se consiguió después de que De Guindos, a poco de asumir el cargo afirmara que el sector necesitaba más de 50.000 millones. A partir de ese momento, las acciones de todos los bancos empezaron a caer y el Ejecutivo se apresuró en aprobar dos decretos con mayores exigencias para cubrir el riesgo inmobiliario.

El primero de ellos llegó en febrero y el grupo BFA-Bankia fue capaz de cubrirlo, pero el segundo decreto llegaría en mayo de 2012 y antes de que se aprobara, según Rato, De Guindos le exigió que dimitiera como presidente de Bankia. La petición llegó durante una reunión con Rato y los principales banqueros del país -Emilio Botín, Francisco González e Isidro Fainé, presidentes entonces de Banco Santander, BBVA y CaixaBank-.

Pero no se trataba del primer encuentro entre De Guindos y los grandes banqueros, ya que Rato ha detallado que antes había habido otros dos en los que el ministro llegó a encargar a los competidores que calcularan las provisiones que necesitaría Bankia. En ninguna de aquellas citas, ha añadido, estuvo presente el Banco de España, al que Rato cree que directamente se le ocultaron.

Además, ha recordado que tras su dimisión, De Guindos cifró en 7.000 millones las necesidades de Bankia para cumplir con los nuevos requerimientos de provisiones, por lo que teniendo en cuenta que el grupo ya había dotado parte, le quedaban unos 5.000 millones.

Sin embargo, también ha rememorado que De Guindos añadió en aquel momento que el Gobierno estaba dispuesto a dar a los nuevos gestores de Bankia, ya presidida por José Ignacio Goirigolzarri, todo lo que pidieran y se tradujo en una inyección de más de 19.000 millones y la pérdida de 4.500 prestados inicialmente al grupo. Sobre la ayuda requerida por el actual equipo de Bankia, Rato ha recordado que desde el Banco de España, el entonces director general de supervisión, Jerónimo Martínez Tello, consideró que esa cifra era la que garantizaba un 13 % de beneficio para un inversor mayorista.

De su etapa como banquero y de la salida a bolsa de Bankia, por la que se sentará en el banquillo, Rato ha reiterado que en junio de 2010 la fusión prevista por Caja Madrid era con cinco cajas pequeñas, pero un mes después le citan en el despacho del gobernador del Banco de España, en aquel momento Miguel Ángel Fernández Ordóñez, para que sume a Bancaja. Después de una inspección del supervisor de dos años, el Banco de España consideraba "plenamente absorbible" con el dinero prestado por el FROB, unos 4.500 millones, las pérdidas esperadas.

Posteriormente, las mayores exigencias de capital para las cajas llevaron al grupo germen de Bankia a decidir salir a bolsa, operación que aprueba tanto el Banco de España como el Ministerio de Economía, al igual que cualquier plan de la entidad. Bankia salió a bolsa en julio de 2011, captó más de 3.000 millones y más del 40 % entre inversores institucionales, "como exigió la CNMV", con un descuento muy superior al estimado inicialmente pero "cumpliendo escrupulosamente" con las condiciones impuestas por los reguladores

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