El error que cometes al consumir legumbres de bote y que puede afectar a tu salud: precaución si padeces esta enfermedad

Y para quien se pregunte si es mejor comer legumbre en bote o secas, también tenemos respuesta

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Estantería de un supermercado de Barcelona, imagen de archivo.

Fernando Díez

Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

Las legumbres, ese grupo de alimentos que lleva con nosotros desde tiempos inmemorables y al que siempre recurrimos cuando queremos asegurarnos una comida rica y nutritiva. Tanto es así que, durante 2023, el último año sobre el que hay datos, cada español ingirió 3,26 kilos de legumbres.

Y de toda esa cantidad de legumbres que consumimos, el 56,8 por ciento fue de bote, es decir, legumbres cocidas. Los garbanzos, en primer lugar, seguidos de las lentejas y las alubias conforman los tres tipos de legumbres que más forman parte de nuestra dieta. 

¿que hay que tener en cuenta con las legumbres de bote?

La principal ventaja que ofrece la comida en bote, incluidas las legumbres, es que dura más. Hablamos de años, si se encuentran en el entorno adecuado, como son los lugares frescos, secos y oscuros. Con eso y con todo, se recomienda llevarlas al plato no más tarde de dos años, siempre atendiendo a la fecha de caducidad. 

Las legumbres enlatadas vienen acompañadas de un líquido, cuyo nombre oficial es "líquido de gobierno" o "de cobertura". Está compuesto a base de aceite de girasol o de oliva, agua y sal o azúcar y suele verterse dentro del bote cuando las legumbres ya están dentro. 

Legumbres-Imagen de archivo.

Si lo que estás pensando es que los ingredientes de este líquido son muy similares al agua de cocción, estás en lo cierto. En esencia, el líquido de gobierno es agua de cocción, con la única diferencia de que, en ocasiones, a este se le añaden aditivos con el objetivo de aumentar el tiempo de conservación del alimento y evitar que cambie de color o pierda sus nutrientes.

Y, la gran pregunta: ¿Hay que lavar las legumbres de bote antes de comérselas?

La respuesta es: . Según aseguran los expertos, la mejor opción es lavar las legumbres previamente a su ingesta. De esta forma, los conservantes y aditivos que, algunas veces, pueden ser excesivos, quedarán fuera de la ecuación. Y, pese a que son considerados seguros, llevárselo al estómago puede conllevar algún efecto adverso para personas con alergias o ciertos problemas de salud, como pueden ser el asma o la hiperactividad

      
             
      

De cualquier manera, sucede como con prácticamente cualquier alimento, especialmente, los que provienen de la tierra. Lavarlos con agua nunca puede ser mala idea. La limpieza elimina físicamente la suciedad, los residuos y algunas bacterias que pueden causar enfermedades, incluidas las transmitidas por otros alimentos de nuestra cocina. 

Y, para quien se pregunte si es mejor comer legumbre en bote o secas, también tenemos respuesta. En este caso, es completamente lo mismo comerse un plato de lentejas de bote, que cocinarlas en casa desde cero, a excepción de la receta que las acompañe y del cariño con el que sean cocinadas, que suele ser la clave. A nivel nutritivo, no hay diferencias entre un tipo y otro, por lo que no debemos preocuparnos por este factor a la hora de decidir. 

Por qué deberíamos incluir legumbres en nuestra dieta

No descubrimos la pólvora si aseguramos que las legumbres están entre los grupos alimenticios que más beneficios nos aportan. Además, hablamos de ingredientes que tienen cabida en multitud de recetas. 

      
             
      

Entre las ventajas que ofrece comer legumbres encontramos: 

- Una gran cantidad de hidratos de carbono, vitaminas y minerales, y fibra alimentaria de calidad (la fibra alimentaria es un componente vegetal que juega un papel clave en el mantenimiento de la microflora del colon).

- Son bajas en grasas y no tienen colesterol, por lo que pueden contribuir a reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

      

- Suelen contener altos niveles de potasio, un nutriente esencial para el buen funcionamiento del corazón, el sistema digestivo y los músculos.