El fruto seco que pasas por alto que te ayudará a perder peso y con el que evitarás problemas de corazón

Hay frutos secos de todas las formas y sabores, pero si coinciden en algo es en los numerosos beneficios que tienen para nuestra salud

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Jesús Tobarra

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Si hay algo en lo que coinciden los expertos es que una buena alimentación es clave para estar sanos. Esto no siempre es sencillo, pero hay unos pequeños alimentos que tienen grandes beneficios para nuestro cuerpo: los frutos secos.

Los españoles han ido aumentando su consumo de frutos secos en los últimos años hasta llegar a los casi tres kilos y medio por persona en 2023. Esto se debe, entre otras cosas, al aumento de su popularidad como un "snack" o aperitivo para picotear.

Todos conocemos los grandes beneficios de alimentos como las nueces o las almendras, pero uno que quizás pasa más desapercibido es el anacardo y, en cuestión de componentes, no tiene nada que envidiar a sus compañeros.

Mix de frutos secos

EL ANACARDO, ESE GRAN DESCONOCIDO

Este árbol frutal es originario del Amazonas, principalmente de Brasil, por lo que no es de extrañar que sea uno de los principales productores del mundo, al igual que otros países de Asia y África, según los datos de la Organización de Comida y Agricultura de las Naciones Unidas.

En España, su consumo ha ido aumentando debido a sus grandes beneficios nutricionales que no solo comparten con otros frutos secos, sino también con otras legumbres y semillas.

El fruto del anacardo se caracteriza por tener dos partes comestibles: el fruto falso fresco que sujeta al fruto verdadero y la nuez o fruto seco que es el que consumimos en mayor medida.

Tiene un sabor particular y una textura melosa, lo que hace que sean muy utilizados para cocinar, sobre todo, en las manos de chefs orientales. Aunque lo más probable es que los hayas probado a modo de aperitivo en bolsa.

A este respecto, es muy importante destacar que, a diferencia de otros frutos secos que sí que se pueden comer al natural, el anacardo debe ser cocinado para que no resulte perjudicial. Por este motivo, cuando los compramos ya envasados, debemos fijarnos en que estén cocidos, como mínimo.

Aunque otras maneras muy populares de comerlos son tostados o fritos con algo de sal. Aunque también se pueden tomar recubiertos de chocolate o garrapiñados, tenemos que ser conscientes de que, a cambio de un sabor que puede ser más atractivo, estaríamos convirtiéndolos en un alimento menos sano.

Anacardos: todo bueno para la salud

Su principal reclamo es el de ser una gran fuente de grasas saludables, en concreto, ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados. Estos tienen la característica de mejorar la salud cardiovascular, ya que ayudan a reducir los niveles del colesterol malo (el LDL) y a aumentar el colesterol bueno (el HDL). Todo esto hace que sean ideales para ayudar a nuestro cuerpo a no caer en enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos.

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Puñado de anacardos

Además, son muy ricos en minerales como el magnesio, el hierro, el selenio, el zinc y el cobre. Este último resulta fundamental para que nuestro cuerpo produzca colágeno al ser un cofactor en la síntesis de esta proteína, además de para la producción de energía y glóbulos rojos

Viene bien, por tanto, para mantener una piel elástica y firme, previniendo la formación de arrugas y otros signos del envejecimiento. A esto también ayuda su alto contenido en antioxidantes, que son fundamentales para evitar enfermedades crónicas.

Los anacardos nos van a venir bien también para bajar de peso gracias a su fibra, que nos va a hacer sentir más saciados, y a su bajo índice glucémico, que no nos va a provocar picos bruscos de azúcar.