Este es el motivo por el que no deberías comerte las tostadas si se te queman

Este compuesto puede ser un gran riesgo para tu salud y aparece en más alimentos además de en el pan de las tostadas

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Tostadas quemadas

Jesús Tobarra

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Para desayunar, hay pocas cosas más españolas que un café con unas tostadas. Sin embargo, lo que podría ser un gran día, da la sensación que se tuerce desde el primer momento cuando se te va la mano con la tostadora y, en lugar de un perfecto color dorado, el pan se oscurece demasiado.

Cocinar implica saber lo que estás haciendo y estar atento a ello, porque si no, hay muchos platos que se nos van a quemar. El principal problema no es el sabor, que te puede gustar más o menos, sino el efecto que puede tener en nuestro cuerpo el hecho de ingerir alimentos sobrecocinados.

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Cruasanes quemados

Un visitante inesperado

Cuando calentamos a altas temperaturas alimentos que contienen almidón, ya sea friéndolos, tostándolos, asándolos o mediante procesos industriales, se crea de manera natural una sustancia química que se conoce como acrilamida.

Como explica la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, se forma principalmente gracias a los azúcares y aminoácidos y un proceso que recibe el nombre de reacción de Maillard, que es lo que le da lugar a que los alimentos tengan ese color dorado y el olor tan apetecible.

¿QUé efectos tiene en nuestro cuerpo?

Se han estudiado sus efectos tanto en animales de laboratorio como en humanos. Aunque los resultados de la investigación en estos últimos no han dado más que pruebas limitadas que se refieren al aumento del riesgo de cáncer.

En los animales estudiados, sí que demostraron una mayor probabilidad de desarrollar mutaciones genéticas y tumores. Gracias a los que estuvieron expuestos a acrilamida, comprobaron que tenía efectos nocivos en el sistema nervioso, en el desarrollo pre y postnatal y en la reproducción masculina.

      
             
      

Los expertos coinciden en que no se puede establecer una ingesta diaria tolerable de acrilamida en los alimentos, ya que cualquier nivel de exposición a una sustancia de este tipo, genotóxica, podría dañar de manera potencial el ADN.

¿Qué alimentos me exponen más a la acrilamida?

A lo largo de nuestra vida, cambia nuestros hábitos nutricionales y, al comer cosas distintas, estos son los alimentos que más nos exponen en función de nuestra edad:

      
             
      
  • En bebés menores de un año, tenemos productos derivados de las patatas, alimentos específicos para bebés que no son elaborados a base de cereales y biscotes y galletas, que sí tienen cereales.
  • Los niños y adolescentes se exponen principalmente a través de los productos derivados de las patatas fritas, pero también con pan blando, cereales en el desayuno o galletas. También hay que tener en cuenta los productos de confitería, las patatas chips y los aperitivos.
  • Los adultos también tienen que tener el ojo echado a los productos derivados de las patatas fritas, pero, además, al café y al pan blando. Hay otros productos como las galletas, las galletas saladas y el pan crujiente que pueden contribuir a la exposición a la acrilamida.

Galletas

Otra manera de que la acrilamida entre a nuestro cuerpo

Este compuesto también está presente en el tabaco. El problema es que no solo afecta a los que fuman, sino también a los que respiran el humo que expulsan los fumadores, es decir, los conocidos como fumadores pasivos. El tabaco supone una fuente más significativa de acrilamida que los alimentos, por lo que estos tienen que tener especial cuidado.

La mejor opción para que no tengamos problemas con la acrilamida es tener controlada la temperatura y que los alimentos lleguen al tono dorado, sin llegar a quemarlos.