Una psicóloga detalla los tres motivos por los que tenemos bajones emocionales los domingos: "Hay que diferenciar"

Con la llegada del otoño, muchas personas cancelan algunos de sus planes de fin de semana y prefieren quedarse en casa. Una decisión que, sin embargo, puede dar paso a sentimientos negativos

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Patricia Blázquez Serna

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Ahora con la llegada del mal tiempo, los días se hacen más cortos, hay menos luz solar y los planes los fines de semana se ven muchas veces frustrados a causa del frío y las inclemencias meteorológicas. Y eso, al final, obliga a muchas personas a quedarse en casa. Y esto desencadena muchas veces en un bajón emocional. 

Es en ese momento cuando llegan sentimientos de soledad, tristeza, melancolía o incluso una serie de emociones relacionadas con la falta de productividad ante la ausencia de actividades. Eso, al final, puede arrastrarnos a una espiral de sentimientos negativos que pueden hacer que nuestro domingo se tuerza sobremanera.

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Más allá de saber por qué ocurre, también es importante saber cómo hacerle frente. María Reig es psicóloga y en su perfil de TikTok publicó un vídeo en el que explicaba las tres posibles razones por las que los domingos tenemos estos bajones emocionales.

FALTA BRUSCA DE REFORZADORES

Esta primera causa, explica la experta, se debe a que "durante la semana tenemos muchísimas actividades, las cuales están haciendo de reforzadores y puede ser que nos estén dando satisfacción personal y ahí tenga un aumento de dopamina".

Sin embargo, cuando llega el fin de semana y no tenemos nada a lo que agarrarnos, sentimos esta sensación de apatía o posible aburrimiento.

"Lo que habría que mirar es actividades agradables que no tuvieran nada que ver con tus actividades cotidianas y que pudieras desempeñar el domingo para no sentir esta gran descompensación", recomienda.

      
             
      

SENTIMIENTOS QUE NO SABÍAMOS QUE TENÍAMOS

Según Reig, el exceso de actividad que tenemos a diario puede hacer que nos esconda "determinadas emociones, como por ejemplo la tristeza, y que aflore cuando haya un parón".

En este caso, su consejo es afrontar esas emociones, abrazarlas y preguntarnos "hacia dónde nos quieren llevar". Al fin y al cabo, lo que sentimos nos hace humanos, nos hace ser quien somos y son "nuestra brújula".

Por eso es importante tratar de leerlas y entenderlas, ya que es posible que al saber interpretarlas podamos saber si es necesario que busquemos ayuda profesional.

      
             
      

"Está claro que cada caso es distinto y hay que adaptarse a las circunstancias de cada uno, pero pararte a observar tu emoción te va a dar ya muchísimas respuestas. Sobre todo la tristeza, que lo que hace es que miramos para adentro de manera introspectiva para coger energía para luego salir hacia afuera", agrega.

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LA SOLEDAD

Parece básico, pero el tercero de todos es la soledad.

Al fin y al cabo, a lo largo de la semana mantenemos normalmente todo tipo de relaciones interpersonales. Sin embargo, ninguna de ellas es "cercana o afectiva". Esto, por lo tanto, hace que muchos de estos reforzadores "no entren". 

      

"Por eso yo siempre digo que hay que diferenciar entre amor y amor del bueno", apunta. 

El amor del bueno nos lo dan todas aquellas relaciones "que sí que son super nutritivas para nosotros". Que todos necesitamos a los demás es un hecho. Al fin y al cabo, los seres humanos somos seres sociables y necesitamos todas esas relaciones para vivir. "Nos necesitamos los unos a los otros y un vínculo de calidad no tiene precio".

Reig explica que, de todos modos, esto son "conjeturas", que cada caso "es un mundo" y sería necesario mirarlo "de manera individual". Su última recomendación: "Los vídeos del TikTok no son terapia", concluye.