La pandemia acrecienta los malos hábitos entre los niños: 3 de cada 10 se sienten tristes

En muchos casos, el elevado uso de las pantallas está detrás de que "duerman menos y comen peor", explican los expertos a COPE

Diego Pinilla

Publicado el - Actualizado

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Cada vez más niños y adolescentes se sienten tristes, infelices o preocupados. Hemos pasado del 19,5% en 2019 al 32,2% en 2022, concluyendo que los hábitos saludables de los niños relacionados se han deteriorado de forma relevante en los últimos tres años. Son los resultados de la segunda edición del estudio 'PASOS' de la Gasol Foundation, para el que se han evaluado casi 3.000 niños y adolescentes de 8 a 16 años de más de 200 centros educativos repartidos por toda España. Un informe que nos alerta del creciente número de niños y adolescentes que no se sienten bien a nivel emocional tras la pandemia de la COVID 19.

Según los expertos consultados por COPE, esta tristeza comenzó durante la pandemia y se ha ido agravando con los problemas que se han sumado en los últimos años.

Así lo explica Silvia Álava, Doctora en Psicología Clínica y de la Salud: “tenemos una sociedad que no facilita la salud mental, porque resulta que las circunstancias cada vez se complican más. Hemos tenido una pandemia, una guerra, tenemos la inflación por las nubes y una vida que no facilita esa salud mental, pero esa parte de gestionar que los niños y las niñas tengan herramientas para sentir que pueden afrontar con éxito su día a día no la hemos mejorado. Entonces quizás tenemos que poner el foco ahí, en que “se nos ha olvidado dotarles de esas herramientas y capacidades” para superar los pequeños problemas del día a día.

Disminución de las horas de sueño en favor de las pantallas

Prácticamente la mitad de los niños y adolescentes españoles no cumple con las horas de sueño recomendadas, y el porcentaje ha aumentado casi un 6% desde 2019. Lo más aconsejable es que los niños de 6 a 13 años duerman entre 9 y 11 horas cada noche. Mientras que, para los adolescentes de entre 14 a 17 años se recomienda un descanso de entre 8 y 10 horas de sueño diarias.

Uno de los aspectos que más ha interferido en la reducción de las horas dedicadas al sueño ha sido el uso de las pantallas y el tiempo que pasan los niños pegados a ellas. Pantallas de dispositivos como ordenadores, móviles, tabletas y televisiones que cada vez están más presentes en la vida de los menores de edad. Un hecho que se traduce en más de 3 horas al día entre semana (superando la recomendación de un máximo de 2 horas) y casi 5 horas durante los fines de semana.

La comparación entre los datos prepandemia y los actuales es muy significativa: El porcentaje de niños que incumplían la recomendación del uso de pantallas entre semana en 2019 era del 54 por ciento, mientras que en 2022 alcanzó el 64 por ciento. En el caso de los fines de semana también ha habido un incremento, pero no tan elevado.

En 2019, el 79 por ciento incumplían esta recomendación, frente al 83 por ciento de los últimos datos. Así lo valora para COPE Álava: “hay hábitos que son fundamentales, pero lo primero de todo es dormir las horas necesarias. En ese sentido las pantallas han pasado factura porque, ¿cuántos niños y adolescentes ven pantallas por la noche? un porcentaje muy elevado, cuando sabemos perfectamente que su uso interfiere en el descanso a la hora de conciliar el sueño”.

Todos estos datos se ven reflejados en casos reales como el de Sonia Navas. Es la madre de Natalia, una niña de 12 años que como muchos de sus compañeros de clase, pasa demasiado tiempo delante de las pantallas: “precisamente, hemos ido a la médico para la revisión de los 12 años hace unos días y nos ha echado la bronca a la niña y a mí también. Que más de dos horas en pantallas no deben estar, que eso es muy perjudicial a la hora de la concentración y muchísimo más a la hora del descanso”. Pero no es algo que le pase solo a Natalia, su madre asegura que es algo extendido: “si es por ellos estarían a todas horas con las pantallas de los dispositivos móviles o los ordenadores. Incluso por la noche. Así que hay que buscar otras inquietudes, ya sea alguna extraescolar o quedadas con compañeros, para disuadirles un poco de tantas pantallas”.

Deterioro de la actividad física y empeoramiento de la alimentación

Hasta el momento, los resultados relacionados con el ejercicio físico son preliminares y el consorcio PASOS continúa recogiendo datos para conocer con mayor precisión la actividad física de los menores en España. Sin embargo, ya se ha constatado que el promedio del tiempo dedicado a estas prácticas ha disminuido en 23 minutos diarios desde el 2019, incumpliendo el promedio recomendado de 60 minutos diarios de actividad física moderada o vigorosa para niños y adolescentes.

Además, el bienestar físico también implica conocer el tipo de alimentación que sigue este grupo de edad en nuestro país. La adherencia a la dieta mediterránea se está deteriorando. Tan solo el 36,7 por ciento de niños y adolescentes tienen un nivel de adherencia alto a la dieta mediterránea, la mejor dieta del mundo según la clasificación de la revista estadounidense 'US News & World Report'.

El estudio revela un deterioro general en la calidad de vida de los más jóvenes. Un hecho que demuestra la necesidad de seguir reforzando las intervenciones que contribuyan a promocionar un estilo de vida saludable entre los más jóvenes: “tenemos que actuar en dos ámbitos. En la prevención y promoción de la salud, implantando programas de educación socio-emocional acompañado por la familia, pero luego también incrementando el número de psicólogos clínicos en el sistema nacional se salud para que se pueda atender a todos aquellos niños y niñas que ya vemos que necesitan ayuda”, explica Álava.

El Colegio Oficial de Psicología de Madrid estima que el Sistema Nacional de Salud cuenta con unos 550 Psicólogos Clínicos en el ámbito infanto-juvenil. 1 por cada 100.000 niños y adolescentes y los psicólogos reclaman una mayor inversión para ayudar en esta problemática.