Ley de desperdicio alimentario: una rendija de luz para las ONGs que ayudan a los vulnerables

En España se tiran a la basura 25 millones de kilos de alimentos. La ley encara la recta final de su tramitación parlamentaria.

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Sefi García

Sefi García, redactora de Sociedad de COPE, explica en qué consiste la Ley de desperdicio alimentario

Sefi García

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Según los últimos datos oficiales, desperdiciamos 1. 215 millones de kilos de alimentos al año en los hogares. Cada español tiró 25 kilos a la basura. Solo en los hogares. Pero en la cadena alimentaria, toneladas de comida se quedan por el camino por diversas razones. Hasta 25 millones de kilos de alimentos se desperdician semanalmente en nuestro país, el 80% productos sin utilizar.

Son datos que recoge el fundamento de la ley contra el desperdicio alimentario que está a punto de terminar su trámite en el senado. El viernes termina el periodo de enmiendas. Las distribuidoras, las industrias, los supermercados... tendrán responsabilidades por desperdiciar la comida.

El objetivo de esta norma es reducir de aquí a 2030 en un 50% el desperdicio para cada minorista y del consumidor, y un 20% la pérdida de alimentos durante la producción. Al calor de esta nueva ley han surgido proyectos solidarios de gran impacto.

LAS EMPRESAS DE INSERCIÓN SOCIAL: CÁRITAS

Cáritas ha presentado una enmienda para crecer y expandir un proyecto de inserción social. La ONG tiene pequeñas empresas de integración donde se transforma el alimento donado.

Es un proyecto para que el reaprovechamiento alimentario se pueda convertir además en una oportunidad laboral y de formación para personas en exclusión social. Cáritas tiene en marcha pequeñas empresas de inserción social donde transforman la comida donada. Unas naranjas, por ejemplo, no se pueden vender si han sido donadas. Pero si las conviertes en mermelada ¿por qué no ponerlas en el mercado a bajo precio?.María Arnau, del grupo de formación y trabajo de Cáritas nos explica que ese aliemtno donado “llega a la empresa de inserción y lo primero que hay que hacer es revisar que todo está bien, revisar las fechas de caducidad, manipularlo y guardarlo debidamente...todo este trabajo que tu has hecho coneste producto donado también tiene un precio. El objetivo es que si pones un bote de mermelada en el mercado, aunque sea de un producto donado, tras todo este trabajo, que podamos cobrar un precio”.

Incluso los menús que enriquecen con producto donado y que abastecen los comedores colectivos, aquellos en los que se alimentan refugiados o mujeres maltratadas. En definitiva, el objetivo es unificar el criterio e implantar un proyecto similar a ModaRE, que gestiona la ropa donada. Es impresionante lo que hay detrás de este proyecto desde que depositamos las prendas en el contenedor “hay un montón de personas que la seleccionan, la preparan-recuerda María Arnau-entonces tú vas a una tienda y esa ropa tiene un valor, pequeño, pero tiene un valor económico, porque detrás ha habido toda esa creación de puestos de trabajo, como somos entidades sin ánimo de lucro, no te darás cuenta porque ahora mismo van con un código QR, pero las personas derivadas cogen la roma sin pagar. Pues con la comida, lo mismo".

Más de 1.400 personas trabajan y se forman en este proyecto que además dignifica la entrega de ropa a aquellos que lo necesitan.

PLAN B, EL RESORTE DEL BANCO DE ALIMentOS

Otro proyecto solidario que nace a la sombra de la ley es el del banco de alimentos. Una aplicación para que las empresas de la cadena alimentaria puedan donar sus excedentes. Plan B se llama. La resiliencia de las organizaciones solidarias no tiene límite. El banco de alimentos, tras quedarse sin los fondos europeos y al ver mermadas las donaciones por la inflación, creó esta aplicación y aunque no está todavía plenamente implantada, el año pasado consiguió 200 mil kilos de alimentos. José Manuel Marco, director del proyecto nos ha contado que esta aplicación “ofrece la posibilidad de hacer donaciones no de manera manual, sino que se puede hacer una comunicación entre los sistemas de las empresas de distribución y el nuestro para hacerlo más ágil, y también tenemos gran esperanza en la industria alimentaria, sobre todo en la pequeña que a lo mejor ahora mismo no era consciente de que podía donar y con la ley se van a ver un poco impelidos a hacerlo”.

ESPERANZA Y ESPECTATIVAS

Las instituciones que velan por las necesidades de los más desfavorecidos, ven con ojos de esperanza la aprobación de la ley del desperdicio alimentario, que incluso promete en una de sus disposiciones adicionales otra ley de donación de alimentos.

Desde Enraizados nos dicen que hay aspectos todavía poco cerrados en este texto que podría entrar en vigor en el próximo mes de abril. “Todos los pasos que se den para acabar con este escándalo del desperdicio alimentario nos parece que van en la buena dirección-explica María Rodríguez, portavoz de Enraizados-lo que pasa es que se puede perder una oportunidad si el texto que salga no es suficientemente ambicioso, se puede perder una oportunidad de que puedan poner en marcha la solución para evitar que el desperecido no se genera. Creemos, por tanto, que todavía tiene margen de mejora”.

Agradecen cualquier pasito y como no, esperan sobre todo al reglamento que cerrará los detalles.

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