Revitalizar las carreteras secundarias para que la España vacía no muera
Los millennials abandonan las provincias para instalarse en Madrid o Barcelona, dando lugar al éxodo urbano, que puede combatirse repensando los viales
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Si los jóvenes nacidos después de la II Guerra Mundial dejaron el pueblo para trabajar en la industria que despegaba en las capitales de provincia, ahora los millennials (los nacidos entre 1980 y 2000) abandonan esas ciudades para instalarse en los grandes núcleos urbanos, generalmente en Madrid y Barcelona, atraídos por el empleo y el empuje económico.
Esto está dando lugar a lo que se conoce como éxodo urbano, en contraposición con el éxodo rural. La emigración ya no es tanto del campo a la ciudad, sino de las capitales de provincia y el alfoz que forman los municipios más cercanos a la capital y a la ciudad condal.
Es parte del fenómeno al que el periodista Sergio del Molino bautizó como la “España vacía”. A día de hoy, más de la mitad de las provincias se despueblan mientras Madrid (6.663.394) es la que más crece, según los datos anuales del padrón municipal del INE, seguida de Barcelona (5.664.579)
La provincia menos poblada de España es Soria con 88.636 habitantes, que pronto podría ser superada por las ciudades autónomas de Ceuta (84.777) y Melilla (86.487). Las siguientes provincias menos pobladas son Teruel (134.137), Segovia (153.119), Ávila (157.640) y Palencia (160.980).
Como consecuencia, los colegios cierran en las zonas con menos habitantes, que se quedan sin niños y sin futuro, mientras los servicios dejan de prestarse, especialmente los sanitarios. Aunque el problema de la despoblación es complejo y presenta múltiples aristas, una posible solución es revitalizar el mapa de carreteras secundarias, que suelen unir poblaciones entre sí.
LAS CARRETERAS COMO VIALES Y VECTORES DE OPORTUNIDADES
“Las infraestructuras ayudan a desenvolver los territorios para que los más dinámicos no mueran de éxito y los menos poblados no lo hagan de inanición”, explica Fermín Rodríguez, catedrático de Geografía de la Universidad de Oviedo. Por eso, insiste en la necesidad de“balancear esta situación mediante la ordenación del territorio”, para lo cual es fundamental que los políticos no sigan intereses partidistas y trabajen en defensa del “interés general”, recalca.
El vacío empieza a ser una categoría en España, pero “las carreteras siguen siendo viales y vectores de otras oportunidades”, manifiesta Rodríguez. A su juicio, hay que reinventar las carreteras secundarias para comunicar poblaciones, prestar servicios y atraer inversión, “transformándolas también en una experiencia”.
Una de las recetas del experto para revitalizar los municipios deprimidos son las “carreteras escénicas”, que se promocionan como un destino turístico para que los viajeros las recorran sin prisas. Son carreteras o caminos que pasan por espectaculares paisajes, evocan hechos históricos o acercan a monumentos naturales. “Serían la antítesis de las autovías o las autopistas en las que vas metido en una cápsula a 120 km/h”, explica. Como ejemplo, la de Covadonga a Los Lagos o la del Valle del Jerte.
En España, las carreteras secundarias representan el 90% de la red, unos 150.000 kilómetros. El presidente de la Asociación Española de la Carretera, Jacobo Díaz, explica a Cope.es que no hay que mejorar esos 150.000 kilómetros, pero “sí se pueden hacer trabajos de adaptación a lo largo de 30.000”.
“El ciudadano requiere una carretera que le proporcione información. No tiene sentido que pierda la conexión a Internet o que no pueda buscar dónde hay patrimonio histórico visitable”, explica Díaz, que cree que a estas vías les falta “tecnología”.
El experto explica que hay que tener una “visión más amplia” de la carretera, no solo pensado en el vehículo privado, sino también en la bici, la moto o el propio peatón.
Para “potenciar la accesibilidad de los núcleos rurales a sus cabeceras de comarca hay que hacer enlaces de tipo transversal más que de tipo radial”, apunta Lorenzo López, profesor emérito de Geografía Humana de la Universidad de León. Así, dice, mejorará la prestación de servicios.
Aunque es una cuestión polémica, López explica que si la despoblación avanza, “en vez de abrir el mapa y ver tantas aldeas y pueblos, habrá que reordenarlo, salvando las cabeceras de comarca”.
LOS PUEBLOS, VACÍOS DE SERVICIOS
Antonio Rodríguez, vecino de Fontoria, una pedanía de unos treinta vecinos perteneciente al municipio de Fabero, situado en la comarca leonesa de El Bierzo, sufre la soledad del pueblo que lo vio nacer por falta de vecinos y de servicios. El médico pasa una vez por semana, la tienda de comestibles ha cerrado, como antes lo hizo el colegio, y si quiere tomar “un vino” tiene que servírselo en casa porque el bar también ha echado la persiana. “No te creas que no he pensado en comprarme algo por Levante y hacer las maletas. Soy minero jubilado. Si no fuera por que ayudo a los hijos...”, comenta.
La falta de servicios mata a los municipios. En Castilla y León es elocuente que el 79% de los pueblos no tenga oficinas bancarias físicas, según el Banco de España, siendo la comunidad más desatendida, con independencia del proceso de digitalización que vive el sector.
Ramón Cano, secretario general de la Asociación Española contra la Despoblación, explica que hay que trabajar en “la repoblación” para “atraer personas a los pueblos”. En este sentido, aboga por que se apliquen “políticas transversales” centradas en “tres pilares fundamentales: servicio escolar, un consultorio médico y una agenda cultural”. Dice que es necesario fomentar actividades empresariales que no sean “cortoplacistas” para atraer a trabajadores que se queden realmente.
“La gente del medio rural no queremos limosnas ni ayudas, sino que exigimos los mismos derechos que el resto porque tenemos las mismas obligaciones”, subraya Cano.
INICIATIVA EMPRESARIAL ALTERNATIVA A LA AGRICULTURA Y A LA GANADERÍA
En este sentido, Emilio González, profesor de Economía de Comillas ICADE, critica que “en España solo ha preocupado cómo pagar las pensiones, pero no la despoblación. Conocemos este problema desde la emigracion del campo a la ciudad en los años 60, pero no se ha abordado”.
A su juicio, hay que “fomentar el ecoturismo y actividades alternativas a la agricultura y a la ganadería. Por ejemplo, en los municipios donde hay trigo, montar una fábrica de galletas; donde hay cerdo, promover la industria chacinera; o trasladando ciertos servicios, como los militares, hacia el interior”, explica.
Uno de los problemas de la España vacía es la falta de conexión a Internet. Así lo reconoce la Agenda Digital para Europa, que dice que “el déficit de competencias digitales sigue siendo un gran problema en las zonas rurales”.
González explica que Internet puede ser una oportunidad para la repoblación, pues ha roto las barreras geográficas, permitiendo la comunicación entre personas que están en cualquier lugar del mundo. Por eso, insiste en que hoy es más fácil que nunca “promocionarse, trabajar o vender a distancia”.
TE NECESITAN, LOS NECESITAS
En diciembre, la periodista Patricia Gea difundió en Facebook 'Revive', un cortometraje que se está viralizando sobre los jóvenes que emigran a los principales núcleos urbanos. En él habla de los pueblos despoblados, callados, pero que todavía tienen una oportunidad de sobrevivir al vacío y al olvido. “Tú los necesitas, ellos te necesitan”, ilustra Gea.
La España vacía necesita servicios, empresas y gente que la repueble, pues como dicen los versos de Miguel Hernández, "defendamos su vientre acometido, hacia donde los grajos crecen de todas partes, pues, para que las malas alas vuelen, aún quedan aires".