4.000 millones de marcos por una cerveza: así fue la hiperinflación alemana después de la Gran Guerra
La República de Weimar vivió un episodio inflacionario sin precedentes en la historia de Europa, incapaz de afrontar los pagos acordados tras el Tratado de Versalles
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La inflación ha cerrado el mes de febrero en su nivel más alto en 35 años. España alcanza un 7,6 % en un proceso que tiene un horizonte complicado. Es por ello por lo que resulta interesante ver qué otros procesos inflacionarios ha habido en países de nuestro entorno. La Historia, como maestra, nos da las claves para entender hasta qué punto se puede descontrolar el valor del dinero. El valor de la vida. ¿Exagerado? Pocas cosas lo parecen cuando salimos de una pandemia que nos ha tenido en casa, encerrados para meternos en una guerra en el corazón mismo de Europa.
La guerra, origen de una inflación histórica
Uno de los casos más recordados por los historiadores económicos es sin duda el del proceso que vivió la Alemania de entreguerras. La hiperinflación de Weimar nos ha dejado para el recuerdo imágenes de niños acumulando fajos de billete sin valor alguno. Alemanes que decidían utilizar los marcos de papel para envolver las paredes de su casa, siendo estos billetes más baratos que el mismo papel con el que se imprimían.
El origen, que no la única causa, lo podemos encontrar en una guerra, en concreto la que se conoció como Gran Guerra al implicar a las principales potencias europeas y posteriormente al mundo en el primer y triste capítulo de las guerras mundiales. Alemania empezó a utilizar lo que se conoció como el 'Papiermark', es decir, papel moneda, billetes, que sustituían al marco de oro ('Goldmark'), y que no sustentaban su valor en el patrón oro. Una estrategia de guerra económica que permitía al país del Rin hacer frente al gasto desmedido que requiere enfrentarse al mundo entero.
Alemania perdió y entonces vino Versalles. El tratado firmado en 1919 exigía unas reparaciones a las que un país devastado no podía hacer frente. ¿La estrategia? Pagar con esos mismos 'Papiermark'. Así fue. Alemania realizó su primer pago en agosto de 1921, imprimiendo para ello una cantidad de billetes sustentada en unas reservas de oro que estaban vacías. El dinero con el que pagaban no tenía prácticamente valor y el marco alemán llegó en ese momento a suponer 330 marcos por un único dólar estadounidense.
Las potencias vencedoras, lejos de estar conformes, empezaron a exigir que se pagasen el resto de reparaciones impuestas en Versalles, aunque fuese con materias primas. Es en este punto, y ante la imposibilidad de hacer frente a los pagos, el marco se devaluó hasta llegar a emitir billetes de 100 billones de marcos, usados para comprar bienes de primera necesidad.
Alemanes millonarios, pero empobrecidos
La situación en Alemania estaba descontrolada. El 1 de noviembre de 1923, por ejemplo, una libra de pan costaba 3.000 millones de marcos, una libra de carne: 36.000 millones y un buen vaso de cerveza típica alemana, hasta 4.000 millones de marcos. Los alemanes eran millonarios, pero nunca habían sido tan pobres. Las políticas del gobierno tampoco ayudaban, empeñados en seguir imprimiendo billetes hasta el infinito y culpando de todo al pago de las reparaciones de guerra.
Las potencias extranjeras, Reino Unido, Francia, Bélgica y hasta Estados Unidos seguían presionando a la República de Weimar. El pago debía seguir realizándose y tendría que tener valor. El marco ya no valía. La amenaza de una invasión militar para ocupar terrenos alemanes como pago estaba rondando la mente de todos. Hasta tal punto que se materializó.
Entre el 11 de enero de 1923 y el 25 de agosto de 1925, tropas enviadas por Francia y Bélgica procedieron a ocupar la cuenca minera del Ruhr, rica en producción de carbón, un material altamente codiciado por los franceses. Los alemanes que allí trabajaban se alzaron en huelgas donde desde elfrágil gobierno alemán se les seguían ofreciendo pagos en millones de marcos de papel devaluados que tan solo servían a los niños para jugar.
Una nueva moneda y el camino a la Segunda Guerra Mundial
El tema terminó por resolverse con la creación de una nueva moneda. En realidad, y para hacerlo todo de una forma organizada, se creó una moneda intermedia, el 'Rentenmark', que serviría para allanar el camino a un 'Reichsmark', o marco imperial, que sería la moneda de curso corriente durante la Alemania nazi y la Segunda Guerra Mundial.
El nuevo 'Rentenmark' estabilizó la situación. Los precios bajaron drásticamente y los alemanes fueron poco a poco recomponiéndose. Aun así, las heridas que se habían causado en una sociedad que vivía años de desconcierto y descontrol, siguieron supurando, hasta generar un caldo de cultivo del que nacería la nueva y destructiva Alemania nazi, con un líder, Adolf Hitler, cuyo resentimiento por lo pactado en Versalles nutriría una energía destructiva como nunca antes se había visto en la vieja Europa. Pero esa es otra lección de la Historia.