Descubren una nueva especie de insecto en la alta montaña del Sistema Ibérico

presenta un comportamiento depredador con hábitos carroñeros, puesto que se alimenta de otros pequeños insectos, vivos o muertos

Descubren una nueva especie de insecto en la alta montaña del Sistema Ibérico, entre las provincias de Soria y La Rioja

Europa Press

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Una nueva especie de escarabajo de hábitos fundamentalmente depredadores ha sido descubierto en la Sierra de Cebollera, por el entomólogo y profesor de Zoología de la Universidad de Alcalá, Vicente M. Ortuño, y el herpetólogo Óscar Arribas, en una investigación realizada en el Sistema Ibérico Norte, entre las provincias de Soria y La Rioja.

El insecto, que pertenece a la familia 'Carabidae', supone una aportación faunística importante, que contraviene la tendencia observada en el Sistema Ibérico, un lugar pobre en especies endémicas, cuyas especies suelen estar estrechamente relacionadas con las del Sistema Central, según recoge la revista alemana 'Zoologischer Anzeiger', que ha publicado la investigación.

La existencia de esta nueva especie microendémica habría pasado inadvertida hasta ahora debido a que su población está asentada en un área muy reducida de una de las cumbres alomadas de estas montañas. De hecho, los ejemplares recogidos han sido localizados en altitudes por encima de los 2.000 metros, en suelos que permanecen nevados durante gran parte del año y con escasa vegetación por la dureza del clima que afecta a estas montañas, en las que se encuentran los mayores restos glaciares cuaternarios de todo el Sistema Ibérico Septentrional.

De este estudio se desprende que el 'cymindis distercicus' presenta un comportamiento depredador con hábitos carroñeros, puesto que se alimenta de otros pequeños insectos, vivos o muertos, como se ha confirmado al examinar el contenido intestinal de algunos especímenes en cautiverio.

Esta especie es reproductora otoñal, lo que conduce a que la nueva generación de adultos emerja en verano, lo que podría significar que su vida debiera ser corta, quizá anual, máxime si se considera el pequeño tamaño de la especie (alrededor de 1 cm). Sin embargo, Ortuño y Arribas han comprobado que, al menos en condiciones de laboratorio, algunos adultos han llegado a vivir hasta un máximo de 640 días, por lo que el insecto podría ser capaz de vivir varios años en condiciones naturales, aún a pesar de factores limitantes, como puede ser la depredación por parte de otras especies más grandes y poderosas, detalla la publicación.

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