Deportaciones de Trump: La dura explicación de una abuela mexicana de por qué no puede volver de Estados Unidos a su país

Trump no ha tardado en ponerse a cumplir una de sus promesas electorales: deportar a los migrantes en situación irregular, y es que según las estimaciones más recientes hay aproximadamente unos 11 millones de migrantes sin papeles viviendo en los Estados Unidos, mientras que algunos informes elevan esa cifra hasta los 14 millones. 

Se calcula que la gran mayoría son latinos y, de todos ellos, un tercio proceden de México. Le siguen los centroamericanos (Salvador, Guatemala, Honduras) y sudamericanos (venezolanos, peruanos). Lo más sorprendente es que en los últimos tiempos se está incrementando el número de africanos.

Así, el plan de Donald Trump es sencillo: echar a los que están en Estados Unidos sin papeles y evitar que entren migrantes. En el primer caso, el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos tiene previsto centrar sus redadas en tres ciudades cada semana, con el objetivo de detener al menos 1.200 migrantes cada día. Esta semana arrancó con las redadas en Chicago y Nueva York y los medios estadounidenses hablan de redadas en lugares de trabajo y separaciones familiares.

Pero, ¿cómo se va a evitar la entrada de nuevos migrantes? Además de reforzar la presencia militar en la frontera con México, la propuesta es internar en la base naval de Guantánamo en Cuba a 30.000 inmigrantes. Guantánamo ahora mismo es una prisión para sospechosos de terrorismo internacional.

El drama migratorio al sur de Estados Unidos

Miami es el principal centro de la comunidad latina en Estados Unidos. Allí el miedo a las deportaciones se ha instalado entre los migrantes después de que las primeras detenciones ya hayan comenzado. Frente a los operativos, que se estima que se incrementarán con las semanas, abogados y organizaciones de derechos civiles recuerdan que los inmigrantes tienen derechos que pueden hacer valer en estas situaciones.

Desde el otro lado de la frontera, en Ciudad de México, José Luis Michelena, director de Médicos Sin Fronteras México, confirma a La Linterna que hay al menos 250.000 personas esperando sin saber qué pasará con ellos. “Hay muchos puntos y muchos albergues en donde la gente se ha quedado varada a partir de las nuevas disposiciones del gobierno de Estados Unidos y es difícil saber el cálculo porque muchos entraron al país de forma irregular”.

Una situación de incertidumbre “producto de la cancelación de los vías legales” para visitar el país y que pone a todas estas personas “en una situación de esperanza, de incertidumbre y de nerviosismo, e incluso de imposibilidad de regresar a sus lugares de origen”.

Explica Michelena a Expósito que las deportaciones alcanzan aproximadamente en México la cifra de 4.000. “Pero esto con el paso de los días puede incrementarse, con lo cual las capacidades de los albergues y de organizaciones como la nuestra se van a ver muy retadas a poder dar la atención que se requiera”.

Los mexicanos que no vuelven

Por último, el portavoz de Médicos Sin Fronteras México ha relatado que algunos casos concretos de personas que no pueden volver al país de Estados Unidos. “Hace una semana veíamos el testimonio de una mujer que había salido del estado de Chiapas porque habían sufrido amenazas de muerte y que no tenían posibilidad de regresar”. Señala Michelena que la familia había pasado por un proceso de extorsión. “Casos así suceden todo el tiempo”.

Él mismo subraya que se ha encontrado con casos como una abuela a la que le mataron al hijo y a la nuera. “Decidió salir con los con los nietos porque ya era la única alternativa para salvarlos y que, obviamente, la opción de regresar no es una opción”. Casos extremos de gente que ha sido desplazada, que ha intentado quedarse en su propio país pero que los han localizado. “Son situaciones que producto de la de la violencia que impera en muchos de nuestros países y que produce la decisión final de intentar solicitar así los Estados Unidos”.