"El duelo es más difícil por ser gemelas": la tragedia de Alana desde el punto de vista de los psicólogos
Para Leila, la muerte de su hermana supone vivir y morir al mismo tiempo o perder una parte importante de sí misma, según reconocen a COPE expertos consultados
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Gestionar el duelo y sobrellevar la culpa son dos de las etapas que deberá afrontar Leila para afrontar la muerte de su gemela Alana después de que ambas se precipitaran al vacío desde el tercer piso de su casa en la localidad catalana de Sallent. El duelo es especialmente difícil, según los expertos consultados por COPE, por el hecho de ser gemelas. Para Leila, la muerte de Alana supone vivir y morir al mismo tiempo o perder una parte importante de sí misma.
“Los psicólogos lo que tenemos que hacer es respetar los tiempos y los procesos de esta niña cuando ojalá salga adelante. Lo más difícil para ella será la despedida de su hermana gemela, de la persona idéntica a ti en un 80 por ciento, es un trabajo muy difícil para cualquier profesional, ya que esa conexión entre las dos hermanas, sus vínculos íntimos especiales, hace cualquier proceso de duelo más complicado” subraya Miguel Del Nogal psicólogo experto en acoso escolar.
A su juicio, Leila tendrá que abordar primero esa pérdida de su gemela y además “el sentimiento de culpa por lo ocurrido y también incluso por haber sobrevivido y, sobre todo, el rehacer su vida porque si la relación entre gemelos es tan estrecha el que uno de ellos falte es terrible”.
Considera que esas relaciones fusionales entre gemelos que, en ocasiones, no dejan cabida a terceros, si son muy herméticas, acaban siendo negativas.
Para la psicóloga Isabel Aranda, está claro que en este caso “una a la otra se han reforzado una a la otra negativamente y es peor porque igual una sola no lo hubiera hecho, pero la conversación y el discurso entre ellas era destructivo. Las dos entraron en esa dinámica autodestructiva de creerse lo que los otros decían y entre las dos asumir un discurso de no valemos, no podemos, no nos merecemos nada”.
Duelo también para los padres y los compañeros de instituto
Para los padres vivir con esta situación también va a resultar muy doloroso y también ellos pasarán por etapas de duelo y de culpa y necesitarán apoyo para, según señala Aranda, “poder transformar su sufrimiento en un dolor con el que poder vivir”.
Sucesos críticos como el ocurrido en Sallent requieren de una intervención a cargo de psicólogos especializados, subraya Aranda en el instituto de Llobregat en el que las gemelas de 12 años estaban escolarizadas. Los protocolos y los profesionales no son los mismos para gestionar un duelo que para afrontar una situación de suicidio y de nuevo varían en caso de acoso escolar.
“En el caso de un duelo no es una charla, sino un espacio con psicólogos expertos en este tipo de situaciones ayudan a reestructurar la situación, a reinterpretarla. Cuando el problema es el acoso escolar, sí hay por ejemplo dinámicas de grupo para hablar de lo que es el acoso y cómo hacerle frente. Algunos centros, y esto funciona bien, ponen en marcha la figura de los alumnos mediadores que intervienen para frenar las dinámicas de acoso y evitar que se agraven”, señala Aranda.
A veces las situaciones se entremezclan, especialmente en la adolescencia, cuando los chavales carecen de la fortaleza mental para afrontar comentarios u opiniones negativas de sus compañeros, que a partir de los 10 u 11 años se convierten en su principal referente antes incluso que su propia familia, especialmente si el vínculo familiar y el sentimiento de apego no es muy grande y no se sienten amados por sus padres o a la altura de lo que ellos esperan.
“Lo que piensan los compañeros es la clave de tu identidad cuando eres adolescente y a un chaval de 12 años que no tenga una confianza en sí mismo muy fuerte ni un apoyo sólido de su familia, si recibe desprecio y le machacan no consigue establecer una identidad positiva y acaba comprando el mensaje que le transmiten sus acosadores de que no merece vivir”, subraya Aranda.
Para Lorente son muchos los factores que pueden llevar a una adolescente al suicidio, concretamente, el acoso escolar, problemas con la identidad de género como parece que fue el caso o la situación familiar y las relaciones familiares: “cuantas más cosas negativas se acumulan, mayores son las posibilidades de que alguien quiera liberarse de ellas y quitarse la vida”.
Y Aranda considera que: “lo que lleva a una persona a suicidarse es un misterio y que quienes lo cometen o bien no se ven capaces de seguir viviendo, ya sea por no sentirse digna o por verse totalmente sobrepasada por su situación y su día a día”.
Falta de profesionales en Atención Primaria y en los colegios
Los problemas de salud mental se han multiplicado tras la pandemia, especialmente en jóvenes. Hospitales como La Paz, en Madrid, tienen el doble de pacientes tanto en consultas especializadas en niños y adolescentes como en urgencias por casos de suicidios, ideación suicida y autolesiones, también de víctimas de acoso escolar.
También los colegios tienen sus protocolos para atender estas gravísimas situaciones, pero tanto en Atención Primaria como en los colegios e institutos falta profesionales.
En su instituto, Alana y Leila recibían apoyo psicológico, además de la ayuda de una orientadora social, pero en su caso no fue suficiente.
“Muchas veces el volumen de casos que tienen los psicólogos escolares es muy alto y deben atender no solo las necesidades afectivas sino las necesidades educativas especiales. No son psicólogos clínicos, son psicólogos educativos. Lo lógico y normal es que entiendan las necesidades educativas porque para eso están, pero que muchas veces se ven obligados a trabajar otro tipo de cosas porque el sistema está colapsado y no es posible lograr la atención médica y psicológica que muchos alumnos necesitan”, subraya Del Nogal.
Tal es el desbordamiento que el martes supimos de la dimisión del equipo directivo de un instituto de Mislata por los escasos recursos destinados por la conselleria de Educación valenciana para paliar la complicada situación que viven debido a los problemas de salud mental de varios de sus alumnos. Hasta 15 procedimientos, algunos por conductas suicidas, autolesivas o violentas, llegaron a abrir y a poner en conocimiento de las autoridades educativas sin que hubiera respuesta alguna a su demanda de enviar a docentes especializados en Pedagogía Terapéutica (PT).
Se trata del IES La Morería de Mislata y, según ha podido saber COPE, ese refuerzo que consideran “justito para afrontar la gravedad de la situación aún no ha llegado". A pesar de haber dimitido el equipo directivo va a continuar al frente del centro escolar al menos hasta que termine el curso, según nos comenta uno de los trabajadores del instituto