Giovanna cuenta su experiencia como voluntaria: “Es algo que engancha”

Más de 700 personas fueron ayudadas por la Asociación Espiral Loranca en el año 2019 entre sus cuatro centros: El Centro de Día para la Infancia de Fuenlabrada, el Centro de Formación Profesional en Humanes, el centro comunitario de promoción social en Fuenlabrada y el centro de Día para la Infancia de Lavapiés.

Giovanna llegó a Espiral Loranca con 10 años gracias a su madre que vio que había una asociación y la llevó para que hiciera los deberes. Seis años después, Giovanna tenía un vínculo especial con el centro y no podía abandonarlo. Con 16 años se preguntaba qué hacer “sin estar en Espiral” y le ofrecieron la posibilidad de ser voluntaria porque “no quería desengancharme”.

Giovanna eligió “poder echar una mano” a los pequeños más necesitados

Los voluntarios dedican su tiempo especialmente a estar por las tardes en los centros de Día para la Infancia de Fuenlabrada y Lavapiés. Aportan su granito de arena ayudando al equipo educativo, tanto en el ámbito académico como socioemocional.

Ayudar a dinamizar un taller, ayudar a los niños y durante el verano, cuando hacen un campamento, "el voluntario se suma" y es un monitor más aunque siempre supervisado por un educador que tenga asignado, explica Luis Naranjo Ramos, director de Espiral.

¿Por qué ser voluntario en la Asociación Espiral?

La Asociación Espiral está vinculada al Instituto de los Hermanos Maristas de la Enseñanza y su labor es la intervención social en riesgo de exclusión, trabajan con menores y sus familiares y con otro colectivo más adulto, como los desempleados o mujeres. Los voluntarios que llegan cada año para echarles una mano suelen ser jóvenes. De los 28 del 2019, la mayoría no superaban los 35 años. Cursan estudios de integración social o educación social, el curso de ocio y tiempo libre, pero no es imprescindible esta formación.

Los voluntarios tienen que tener “inquietud por participar y colaborar” y como van a estar con niños, demandan un perfil que tenga “habilidades sociales, le gusten los niños, ánimo e ilusión”. El tiempo y horario de cada voluntario depende de su disponibilidad. Puede ser parcial y continuado o puntual, puede ser incluso solo una vez al año, como la asistencia al campamento de verano. Pero lo más importante es lo que se llevan.

Para animar a otra persona a ser voluntario Giovanna cuenta su experiencia, “es algo que engancha”. Para el director de Espiral, Luis Naranjo, “lo más bonito que puede haber” es que una persona dedique de forma altruista su tiempo, “más allá de aprender un montón de cosas de la entidad a la que van”.

Esta labor aporta aprendizaje como puede ser el sentido de intervenir en situaciones de conflicto, mediación. Pero sobre todo satisfacción de poder compartir su tiempo aportando una parte de ellos a Espiral.

Para ser voluntario en Espiral puedes escribir un email a voluntariado@centroespiral.org o rellanar un formulario de contacto en su web.