Las políticas de familia hacen agua: cada vez más mujeres piden excedencia para cuidar a los hijos

De las 47.455 excedencias concedidas en 2022, el 70,2 % fueron pedidas por mujers y 14.165 por varones, lo que equivale al 29,8%

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Aumentan el número de excedencias laborales para atender a los hijos y personas mayores: más entre las mujeres

Sefi García

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Cerca de 12.200 personas han pedido una excedencia para cuidar de sus hijos en el primer trimestre de este año, un 48 % más que en el mismo periodo del año anterior, según datos de la Seguridad Social. A pesar de las medidas de conciliación aprobadas por el Gobierno, las mujeres son la gran mayoría de las que solicitan estas excedencias: 10.300 mujeres abandonaron su puesto de trabajo, frente a 1.860 hombres. Un 87 % más.

Alicia redujo su presencia en el mundo laboral cuando nació su primera hija. “lo hice yo porque mi marido ganaba más, así que me quedé en casa con mis hijos. Hoy trabajo un día a la semana, y estoy intentando ampliar el horario porque mi hijo pequeño, el cuarto, ya está escolarizado y eso me deja algo más de tiempo”.

Pagar guarderías, comedores, horarios de conciliación, no les sale a cuenta y, menos ahora, con las subidas de tipos y el precio de la cesta de la compra.

Los datos del año pasado ya venían avisando: de las 47.455 excedencias concedidas, 33.290 correspondieron a mujeres, el 70,2 %, y 14.165 a varones, lo que equivale al 29,8 %, según los datos del Ministerio de Seguridad Social, que tramitó 473.720 prestaciones por nacimiento y cuidado de menores, la conocida baja por paternidad o maternidad.

El primer trimestre de este año, las excedencias casi se han suplicado: de enero a abril se solicitaron casi un 50 % más que en el mismo periodo del año pasado. En ese periodo se tramitaron 119.435 bajas de maternidad o paternidad.

Madrid, Cataluña y Valencia son los territorios donde más excedencias se han solicitado, y donde menos la Rioja, Extremadura y Galicia.

Leyes neutras

En nuestro país las leyes igualan los derechos de las mujeres y los hombres para conciliar. Sin embargo, la balanza femenina pesa muchísimo más que la masculina. De hecho, según los últimos datos del INE, del total de personas que permanecen inactivas (que no buscan empleo), por cuidar a sus hijos o familiares, el 93,3 % eran mujeres. El 29 % de ellas tienen de 35 a 44 años (el 37,7 % de éstas alega como motivo de la inactividad que no hay servicios adecuados para cuidado de hijos u otros familiares, y un 29,7 % no poder costear los servicios de cuidado de hijos u otros familiares) y el 18,9 % de 25 a 34 años.

Otro hándicap con el que nos encontramos: la dificultad para conciliar, sobre todo, en las grandes ciudades.

Necesidad de conciliar

Se implantaron con el quimérico objetivo de que las mujeres no se vieran castigadas en el mundo laboral por ser madres. Libertad González, investigadora de la Fundación La Caixa no se muestra sorprendida. Lleva mucho tiempo estudiando los impactos de las políticas familiares y de conciliación. Es consecuencia, en primer lugar, precisamente, de esas políticas porque “se supone que son neutrales. Tanto padres como madres pueden solicitar esas excedencias, pero la realidad nos demuestra que las mujeres las realizan de forma desproporcionada, siempre ha sido así, también en las reducciones de jornada por cuidado de hijos”.

Desde su punto de vista hay muchas más excedencias debido a que “al principio de la pandemia hubo una caída en los nacimientos y a partir de 2021 se han recuperado un poco, tenemos a más familias con hijos pequeños. Por otro lado, también se ha recuperado el mercado de trabajo, con lo que es natural que si hay mayor población trabajando con niños pequeños, crezcan. Y por otro lado, los permisos (16 semanas para el padre y 16 semanas para la madre), siguen siendo breves y después de esto hay que tomar decisiones y cada familia toma las suyas y el contexto económico del momento juega un papel importante”.

¿Por qué no equilibran las políticas de conciliación familiar?

Básicamente por el diseño de esas leyes, nos explica la investigadora. “Cuando las políticas de conciliación tienen elementos exclusivos para padres y madres, sí que la utilizan los padres -subraya Libertad González-, antes había baja de maternidad que se podía compartir con los padres, pero ningún padre lo hacía. Ahora sí que utiliza las 16 semanas de baja de paternidad. Sin embargo cuando las políticas son neutrales, es decir, puede utilizarlas tanto el padre como la madre, pues las utiliza la madre”.

Pero hay razones mucho más profundas que combinan factores económicos y culturales. La investigadora recuerda que en España, como en el resto de Europa, los hombres ganan de media más que las mujeres . Y esa es una de las razones que impulsan a madres como Alicia, a decidir quedarse en casa cuidando de sus hijos. Además “hay que añadir el factor cultural o tradicional de que las madres son las principales encargadas del cuidado de los hijos, y esto sigue siendo igual, a pesar de los avances en términos de participación de la mujer en el trabajo y la reducción de la brecha de género. Las políticas públicas pueden jugar un papel fundamental”.

Sólo dejando pasar el tiempo, esto no se va a resolver, concluye Libertad González.

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