Los iPhone demuestran que el distanciamiento social es más importante frente a la covid que el confinamiento

Un estudio de la Universidad de Tel Aviv revela que la pandemia puede prevenirse aplicando rápidamente medidas básicas de distanciamiento, sin la necesidad de un riguroso cierre

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Una investigación de la Universidad de Tel Aviv que compara los datos de movilidad de los teléfonos móviles y los datos de mortalidad de COVID-19 muestra que el distanciamiento social resulta más efectivo que los confinamientos para reducir la propagación y la mortalidad del coronavirus.

En el estudio se compararon los datos recogidos de los teléfonos móviles de los usuarios de iPhone con los datos de mortalidad de COVID-19 y se comprobó que la fecha en la que comenzó el distanciamiento social en diferentes países de la OCDE es el mejor respecto de la tasa de mortalidad.

A partir de marzo de 2020, los investigadores se encontraron una disminución de la movilidad en todos los países. Sin embargo, esta reducción varía de un país a otro de acuerdo con las medidas tomadas, desde el distanciamiento social en Suecia, hasta los cierres herméticos en países como Italia, España e Israel.

Los datos de movilidad indican, por ejemplo, que tanto el tiempo que se tardó en responder a la pandemia como la gravedad del cierre fueron similares en Israel y en la República Checa. Y aunque la cuarentena de Israel fue más prolongada -lo que se manifestó en una menor movilidad durante un período más largo- las tasas de mortalidad finales siguieron siendo similares. En otro ejemplo, el cierre español fue más largo y estricto que el francés, pero cuando terminó, las tasas de mortalidad en ambos países fueron aproximadamente las mismas.

“Los datos de movilidad indican que un cierre hermético, en el que todos deben permanecer en casa, es innecesario. En su lugar, las medidas de distanciamiento social deben ser introducidas lo antes posible”. “Hemos demostrado que los países con las tasas de mortalidad más bajas en el primer brote de COVID-19 no fueron los que impusieron los cierres más herméticos, sino más bien aquellos en los que la movilidad disminuyó en una etapa temprana (…)”, explican los científicos.

El estudio ha sido realizado por el profesor Tal Pupko, jefe de la Escuela de Biomedicina e Investigación sobre el Cáncer de Shmunis, en colaboración con el profesor Itay Mayrose y los estudiantes de investigación Gil Loewenthal, Shiran Abadi, Oren Avram, Keren Halabi, Noa Ecker y Nathan Nagar de la Facultad de Ciencias de la Vida de TAU.

Los investigadores Avram, Abadi y Loewenthal señalaron: "Habríamos esperado ver menos muertes por COVID-19 en países con un cierre hermético, pero los datos revelan que no es así. Esto significa que Israel podría haber alcanzado la misma tasa de mortalidad con un cierre menos demoledor desde el punto de vista económico y social, en la primera ola y probablemente también en la presente".

"Incluso en Suecia, un país que nunca impuso un cierre, podemos ver que la temprana disminución de la movilidad, a partir de marzo, se manifestó en la baja tasa de mortalidad. Nuestro estudio se basa puramente en observaciones y no se relaciona con las premisas de ningún modelo epidemiológico existente. Demostramos que la propagación de la pandemia puede prevenirse aplicando rápidamente medidas básicas de distanciamiento social, sin la necesidad de un riguroso cierre nacional", concluye el estudio.

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