El riesgo en las mujeres de dependencia de fármacos opioides con receta, alerta a los especialistas
Una de cada 4 mujeres sufre dolor crónico, frente al 10% de los hombres, y son el doble de los diagnosticados con ansiedad
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1 de cada 4 mujeres en España sufre dolor crónico frente al 10% de los hombres, según datos del Instituto Andaluz de la Mujer. El consumo de fármacos analgésicos y opioides con receta ha aumentado un 100 por 100 en la última década en nuestro país, hasta alcanzar las 21 dosis diarias por cada 1.000 habitantes. Los especialistas han desarrollado un protocolo especial para deshabituar a las mujeres que los consumen, ya que tardan mucho más en pedir ayuda y llegan en peores condiciones.
Si consultamos la encuesta EDADES que bianualmente publica el ministerio de sanidad dentro del Plan Nacional sobre drogas, llama la atención que las mujeres solo consumen por encima de los hombres hipnosedantes. Casi 10 puntos sobre el consumo de los hombres si la pregunta abarca a toda la vida (si han consumido con o sin receta el 19% de los hombres frente al 28% de las mujeres) y seis puntos en lo que se refiere al consumo en el último año (10,3% ellos frente al 16% de las mujeres).
Si el dolor crónico es especialmente prevalente en las mujeres, también se ven más afectadas por trastornos como la ansiedad y la depresión. Según los últimos datos oficiales del ministerio de sanidad, en 2021, los centros de atención primaria diagnosticaron 126,9 casos/1.000 habitantes de ansiedad, un 33,7 % más que dos años antes. La sufren el doble de mujeres que de hombres (165 frente a 87), aunque en ambos casos se ha duplicado desde 2016, cuando la tasa femenina era de 78,9 y la masculina de 40,3. Así, cerca del 17 % de las mujeres y del 9 % de los hombres tienen este trastorno, que alcanza su pico en el grupo de mujeres de 50 a 54 años.
El dolor crónico suele agudizarse cuando además hay un trastorno emocional, y el dolor crónico puede provocar un trastorno adicional. En ambos casos, los fármacos que se prescriben, mal administrados, pueden provocar a su vez adicciones. Así las cosas, los psiquiatras han reclamado a través de la Sociedad española de Patología Dual que se establezca un protocolo específico para las mujeres, las grandes víctimas.
El doctor Pablo Vega, secretario de la sociedad española de patología dual nos cuenta que “las mujeres tienen muchas más dificultades para acceder a los tratamientos que los hombres, por el propio estigma de lo que es la adicción, el reconocimiento de la propia adicción ante la familia, las cargas familiares… por ejemplo, que un hombre beba no está mal visto, pero socialmente que una mujer beba si está mal visto”. El estigma es mayor para ellas, y por eso, cuando una mujer se acerca a un centro para pedir ayuda para superar una adicción “las mujeres vienen mucho más graves, y con un tiempo de adicción mucho más largo, con lo cual tiene mucha más dificultad para acceder a nuestros centros. Además tenemos que intentar que se sientan bien acogidas en este tipo de centros porque muchas veces van asociadas a dependencias emocionales, con lo cual se establecen terapias, intervenciones diferentes que con los hombres”.
El tratamiento es biopsicosocial, nos cuenta el doctor, “se sustituye el fármaco por otro de vida media más larga, como puede ser la buprenorfina, y al cabo del tiempo o se dejan de mantenimiento o se intenta hacer un decalaje poco a poco para ir abandonándolo”. Además “se establecen terapias, intervenciones, diferentes que con los hombres, intervenciones grupales específicas de las mujeres, donde se trate la violencia de género, el estigma, la dependencia emocional… Entonces los tratamientos son muy parecidos, pero siempre le damos una connotación especial para que las mujeres no tengan tanta dificultad para venir a nuestros centros y cuando vengan, para que se sientan cómodas”.
Con este método, y a pesar de que las dolencias relacionadas con la salud mental tardan en asentarse, han conseguido que si antes asistían a los centros una mujer por cada tres hombres, ahora mismo lo haga una por cada casi dos.