Ser positivo ayuda a superar un cáncer, influye en tus defensas
En España hay más de un millón y medio de personas que han superado un cáncer
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En España hay más de un millón y medio de personas que han superado un cáncer. En su lucha hacia la curación o la cronificación de la enfermedad importa por supuesto el tratamiento médico pero también el apoyo del entorno y los recursos de cada persona, los físicos y también los emocionales.
Precisamente en este último aspecto se centra el trabajo de la Fundación Diversión Solidaria. Adriana Lainez es un directora de Desarrollo. Han organizado un Encuentro en Madrid de Emociones Positivas para pacientes y supervivientes de cáncer. Sabe de lo que habla porque a ella misma hace un año que le detectaron un cáncer de ovario y sigue con revisiones cada tres meses.
“De momento estoy bien con las revisiones y todo lo que conlleva a nivel emocional pero trabajando” explica a COPE Lainez de 41 años. Reconoce que ve la vida de forma muy distinta desde el momento del diagnóstico y considera que “aunque voy aprendiendo a gestionar emociones aún me queda mucho trabajo por delante sobre todo canalizar todo lo que tiene que ver con la muerte”. También ve una parte más positiva “veo la vida de otra manera y disfruto con cosas con tontadas de las que antes no disfrutaba tanto, como ver una película que te gusta y que ponen en televisión o leer un libro”.
Según los psicóncologos a cada persona que le detectan un cáncer atraviesa las mismas fases de un duelo aunque unos de forma más lenta que otros. Toda una montaña rusa de emociones desde el shock inicial, a la negación o al por qué a mí, el enfado, la tristeza y finalmente la aceptación.
Según los expertos nuestra actitud frente a la enfermedad también se refleja en nuestras células y si prima la negativa acumulamos cortisol, la llamada hormona del estrés que disminuye nuestras defensas. Lo que ocurre es que no siempre podemos controlar la angustia o el miedo o tener el espiritu de lucha por las nubes y no hay que culpabilizarse.
“Vale sí voy a pelear, voy a luchar, voy a ser fuerte pero también tengo derecho a tener un día horrible y decir hoy voy a tirar la toalla y no voy a pelear más, mañana será otro día. La sociedad te dice tienes que ser fuerte, y hay veces en que las fuerzas no te acompañan y creo que esos ratitos de respiro son importantes” asegura Ana Preysler psicóloga especializada en oncología.
Trabaja con la Fundación Diversión Solidaria sin ánimo de lucro y aprende de cada paciente y de cada superviviente. Está convencida de que los talleres que trabajan el humor y la creatividad son útiles para el combate y también compartir la experiencia con otras personas que pasan por tu misma situación, espacios seguros en los que hablar de cáncer sí y de la vida en general, en los que vaciar la mochila de sinsabores y preocupaciones y llenarla de fuerza y energía.
A Puri de 58 años le son muy útiles. Lleva 10 años combatiendo con un cáncer de mama con varias recaídas que le valieron un despido del colegio en el que trabajaba como tutora. Es madre de dos hijos y considera que su enfermedad la ha vuelto aún más optimista.
“Mi familia me dicen que he sido muy fuerte. Mi marido y mis hijos me ven que soy una persona que me como la vida ahora mismo porque me falta tiempo para hacer todo lo que quiero hacer y al mismo tiempo estoy muy tranquila y muy feliz” explica a COPE.
Hoy acude a un céntrico hotel madrileño para participar en este encuentro y en talleres con otras muchas mujeres que han pasado por su misma experiencia como Celeste que tiene 52 años y tiene un cáncer de mama metastásico, una enfermedad que también le obligó a aparcar su trabajo y que se dedica a ayudar otras pacientes oncológicas.
“El cáncer no es ya sinónimo de muerte ni siquiera el metastásico, yo soy un claro ejemplo de ello. Llevo ya casi 4 años va a hacer con la enfermedad y sigo estando aquí con una buena calidad de vida e intentado apoyar a los demás. Yo lo que explico es vamos a transitar por ello y que vamos a ganar, que hay muchos tratamientos muy buenos y que esto dentro de unos años va a ser una enfermedad más que lograremos curar”, señala.
Y su consejo válido para todos y fruto de su experiencia “es muy importante decir lo que sientes y como te sientes y qué es lo que necesitas porque los demás no adivinan lo que pasa por tu cabeza evidentemente”.
Entre las ideas que más se parecen a lo que Celeste y muchas de las participantes han experimentado en este trance de sus vidas es la de irse a la guerra. Y de la guerra, concluyen, uno vuelve cambiado.