¿Por qué unas ostras tienen perla y otras no?

Hemos fantaseado con encontrar alguna vez una, pero de qué depende, qué probabilidad tenemos de llevarnos la sorpresa. Te lo contamos

¿Por qué unas ostras tienen perla y otras no?

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

¿Quién no ha fantaseado con la idea de abrir una ostra y encontrarse una maravillosa perla en su interior? Son una de las maravillas que esconden los mares y que atesoran algunos de estos moluscos.

Por lo general, más del 90% de las que vemos en las tiendas son cultivadas en criaderos especializados. Encontrarlas de forma natural es igual de complicado que localizar una aguja en un pajar, hay una posibilidad entre 10.000.

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PERLAS NATURALES Y CULTIVADAS

Esto quiere decir que no todas las ostras atesoran una perla en su interior, la casualidad es la que lo determina. Las perlas se forman cuando un cuerpo extraño entra en el interior de la ostra, ya sea un grano de arena, un parásito o cualquier otra partícula. Al no poder expulsarlo, la ostra reacciona cubriéndola con una mezcla de carbonato de calcio y conchiolina, lo que habitualmente conocemos como nácar, que es el mismo material que recubre las paredes de la parte interior de la concha de la ostra. No es algo inmediato, en forma una perla la ostra puede tardar hasta 10 años.

Generalmente las ostras prefieren las aguas templadas del Golfo Pérsico, Australia, Japón o Caribe.

En las perlas cultivadas lo que se hace es forzar la entrada del objeto extraño en su interior para que a partir de ahí la ostra empiece a trabajar.

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Ambas, naturales y cultivadas, son auténticas, lo único que cambia es la intervención humana en su proceso. Luego están las de imitación.

Diferenciarlas puede parecer complicado. Los expertos aconsejan pasar los dientes por sus superficie, si es arenosa es auténtica. También rascarla con la uña, si sale polvo es natural o cultivada, si se desconcha, fabricada.

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TIPOS DE PERLAS

Por lo general las perlas son de pequeño tamaño aunque se ha encontrado alguna de casi 35 kilos cuyo valor es incalculable. Destacan cuatro tipos:

Australianas

Cultivadas en aguas saladas del norte de Australia, Filipinas e Indonesia, son de las más valiosas del mundo por su perfección y su característica iridiscencia plateada y dorada. Su tiempo de cultivo oscila entre los tres y los nueve años.

Perlas de Tahití

Se crean en la Polinesia Francesa y las islas del Oceánico Pacífico. Son muy valoradas las negras aunque también las hay grises, verdes, naranjas, doradas y azules. Su tiempo de cultivo es de dos a tres años.

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Freshwater

También llamadas perlas de agua dulce ya que se cultivan en ríos y lagos de China, Japón y Estados Unidos. Cuestan menos y su tiempo de cultivo oscula entre los 6 meses y los 4 años.

Perlas Mabe

Muchos las conocerán como perlas japonesas. Por su forma, plana en uno de los lados, se usan en la fabricación de pendientes. Esta perla crece en la concha de la ostra, en lugar de su interior. El tiempo de cultivo ronda los dos años.

CALIDAD

¿Cómo se determina el valor de una perla? Por su forma, color o grado de luminosidad y talla. Las más buscadas son redondas o en forma de lágrima.

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