Alerta para los que tienen este protector de pantalla en sus smartphones: Pone en riesgo tu móvil y puede costar "mucho dinero"
Alejandro Pérez, youtuber especializado en tecnología y en smartphones, llega a una conclusión muy importante para muchos usuarios tras hacer una simple prueba
Madrid - Publicado el
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Proteger la pantalla de un smartphone se ha convertido en una de las primeras preocupaciones al adquirir un nuevo dispositivo. Y no es para menos, ya que una caída desafortunada puede provocar daños irreparables o costosos en la pantalla, una de las partes más caras de cualquier móvil. Por eso, elegir el protector de pantalla adecuado es clave para mantener tu dispositivo seguro y evitar un gasto innecesario.
En el mercado, los protectores de pantalla más populares son los de cristal templado y los de hidrogel. Ambos prometen proteger tu dispositivo frente a golpes, rayones y caídas, pero ¿realmente ofrecen el mismo nivel de seguridad? Alejandro Pérez, un reconocido experto en tecnología y youtuber especializado en smartphones, ha realizado una prueba práctica para determinar cuál es más fiable. Y los resultados son sorprendentes... al igual que peligrosos.
La forma de saber qué protector de pantalla tenemos
Alejandro explica que los protectores de cristal templado y los de hidrogel tienen características muy distintas. “El protector de cristal templado es rígido y suele tener varias capas diseñadas para absorber impactos fuertes”, comenta. Por otro lado, el hidrogel es un material gomoso, flexible y, aunque más discreto, su capacidad para proteger ante golpes es cuestionable.
En un experimento reciente, Alejandro utiliza un cincel de metal para poner a prueba ambos tipos de protectores. En su video, asegura: “Quería comprobar cuál de los dos es más resistente a impactos importantes, porque siempre nos venden ambos como si fueran igual de buenos”. Para ello, realiza dos pruebas sobre dos teléfonos idénticos: primero deja caer el cincel desde una altura considerable y luego golpea los dispositivos con la parte cortante de la herramienta.
Tras las pruebas, los resultados no dejan lugar a dudas. El teléfono con protector de hidrogel termina con la pantalla rota y gravemente dañada. Alejandro detalla: “Cuando retiro el protector, la pantalla está hecha pedazos. Aunque el hidrogel haya absorbido algo, no ha sido suficiente para proteger el panel”.
el protector de pantalla que deberías de tener en tu smartphone
En cambio, el dispositivo con cristal templado sale prácticamente ileso. “El cristal templado se lleva toda la fuerza del impacto y, al retirarlo, el panel del teléfono está completamente intacto”, explica. Esta diferencia es clave, ya que reemplazar una pantalla rota puede costar cientos de euros, especialmente en modelos de gama alta como los iPhone o los últimos dispositivos Android.
El análisis de Alejandro demuestra que, si lo que buscas es proteger tu smartphone contra golpes serios, el cristal templado es la mejor opción. “Es cierto que el hidrogel es más flexible, más discreto y ofrece cierta protección contra rayones, pero no está diseñado para absorber golpes fuertes”, aclara. Además, el cristal templado es fácil de instalar y, en caso de romperse, su coste de reemplazo es muy bajo en comparación con el de la pantalla de un móvil.
Otro punto a tener en cuenta es la durabilidad. Mientras que el hidrogel puede desgastarse rápidamente con el uso diario, el cristal templado resiste mejor al tiempo y a los pequeños accidentes cotidianos.
La lección que deja este experimento es clara: elegir un buen protector de pantalla no solo tiene que ver con el precio o la estética, sino con la verdadera seguridad de tu dispositivo. Como concluye Alejandro Pérez: “Invertir unos euros más en un protector de cristal templado puede ahorrarte mucho dinero y disgustos en el futuro”.
En definitiva, la próxima vez que compres un protector de pantalla para tu iPhone o Android, piensa en el peor escenario: una caída grave. Porque cuando se trata de proteger tu smartphone, elegir bien puede marcar la diferencia entre mantenerlo intacto o enfrentarte a una factura abultada.