Estos son los riesgos que provoca vigilar a los niños a través de las tecnologías: "Hay que preocuparse"
En España la hipervigilancia ha emergido con la aparición de las nuevas aplicaciones y las nuevas tecnologías
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El auge de las nuevas tecnologías como los relojes inteligentes y los móviles monitorizados informan constantemente de la ubicación de los niños, lo que puede originar la hipervigilancia hacia los niños.
"La hipervigilancia en los padres normalmente se produce tras un hecho traumático", subraya la psicóloga Carol Marín. Sin embargo, por traumático no tenemos que entender algo dramático, sino que puede ser simplemente que el niño se caiga de un columpio y se rompa un brazo. Según cómo se afronten estos acontecimientos, se puede o no desarrollar la hipervigilancia hacia nuestros hijos.
Cabe destacar que la hipervigilancia se impuso en los países sudamericanos como Colombia o México "como consecuencia de los secuestros y el miedo social", subraya la experta. Sin embargo, en España ha emergido con la aparición de las nuevas aplicaciones y las nuevas tecnologías.
Vivimos en una sociedad distinta a la de los años 70, donde los padres dejaban a sus hijos en la calle solos con los amigos, sin la supervisión de un adulto. Actualmente, esta situación es impensable. Por lo tanto, la hipervigilancia a través un reloj o una aplicación sí que calma la angustia generada en los padres hacia los niños.
Sin embargo, esta situación genera bastante controversia porque en los adolescentes "podría provocar que no pueda explorar libremente o que sea incapaz de formar su personalidad", incide la experta. De esta forma, se contribuye a que el niño no se sienta seguro de sí mismo, ya que se le priva el sentimiento de ser libre. En las etapas de desarrollo deben sentirse capaces de formarse y afrontar los peligros.
Por lo tanto, si el niño tiene unos padres que tienen miedo a que el niño pueda irse a un parque o bajarse a tomar un helado sin un adulto. "En el fondo le decimos que el mundo que hay fuera es demasiado peligroso como para que se puedas desenvolver", señala la psicóloga Carol Marín. De tal forma, que los niños acaban viviendo la angustia de los padres y se piensa que es incapaz de defenderse, aprender, poder manejarse en este mundo.
Para evitar que se puedan desencadenar situaciones de hipervigilancia, se debe trabajar con los padres, para que puedan calmar la angustia, ya que como padres "hay que preocuparse y ocuparse".
Más allá de las consecuencias emocionales y psicológicas que estas tecnologías pueden originar sobre los pequeños de la casa, hay otro factor a tener en cuenta con la
, esta tiene que ver con el marco
Ya que según la ley
por los hijos es una obligación de los progenitores, ya que son quienes poseen la patria potestad hasta los 18 años. Por lo tanto, estos son los responsables de
los derechos fundamentales de los menores como: propia
,
, honor y protección de datos.
Como conclusión, aunque la tecnología les pueda aportar tranquilidad a los padres, estos deben tener claras las fronteras entre el control y el hipercontrol. Igualmente deben asumir los riesgos, demostrándolos que podemos confiar en ellos para que se desarrollen de forma autónoma en la infancia, adolescencia y edad adulta.