Verónica Forqué: su vocación antes de ser actriz, su papel en 'El resplandor' y el motivo de su depresión
Este lunes, 13 de diciembre, la Policía Nacional ha hallado el cadáver de la actriz en su domicilio tras quitarse la vida
Madrid - Publicado el - Actualizado
11 min lectura
Verónica Forqué es una conocida actriz española y ganadora de cuatro Premios Goya. La interprete cuenta con una larga trayectoria profesional, la que comenzó en los años 70 cuando comenzó a trabajar en películas de su padre, José María Forqué. Sin embargo, no fue hasta los 80 cuando se convirtió en una reconocida actriz, época en la que fue galardonada con varios Premios Goya. El gran salto de su carrera fue cuando Pedro Almodóvar la convirtió en la entrañable Cristal de '¿Qué he hecho yo para merecer esto?' (1984).
A pesar de ello, ha trabajado en cientas de películas de gran éxito como 'Sé infiel y no mires con quién' de Fernando Trueba o 'El año de las luces', película por la que obtuvo su primer Goya como actriz de reparto. Gracias a su exitosa carrera, también logró forjar una gran amistad con Fernando Colomo, con quien trabajó en comedias de gran éxito como 'Bajarse al moro' y 'La vida alegre', por esta última película se le otorgó su primer Goya como actriz protagonista. Ese mismo año, ganó otro Goya como actriz de reparto por 'Moros y cristianos'. De esta manera, se convirtió en la primera actriz en ganar dos premios Goya del mismo año.
En los 90, su trayectoria estuvo marcada por sus colaboraciones con Manuel Gómez Pereira en las comedias 'Salsa rosa', '¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?' o 'Reinas' (2005). Como consecuencia, en 1993, se hizo con su cuarto Goya por su papel protagonista en 'Kika', de Pedro Almodóvar, con quién ya había trabajado en '¿Qué he hecho yo para merecer esto?' y 'Matador'.
Asimismo, también logró hacerse un hueco en la pequeña pantalla al formar parte del reparto de reconocidas series como 'Ramón y Cajal' (1982), 'El jardín de Venus' (1983), 'Platos rotos' (1988), 'Eva y Adán, agencia matrimonial' (1990-1991) o 'Pepa y Pepe' (1995). Además, en 2014, participó en la octava temporada de la exitosa serie 'La que se avecina'. Por si fuera poco, este 2021, se convirtió en una de las concursantes más destacadas de 'MasterChef Celebrity', donde se quedó a las puertas de la semifinal al abandonar por "estrés y agotamiento": "Hay que ser coherente y, si no puedo más, no puedo más".
Gracias a ello, actualmente, había vuelto a resurgir en la pantalla. No obstante, este lunes, 13 de diciembre, según han confirmado a EFE, la Policía Nacional ha hallado el cadáver de la actriz en su domicilio. Tal y como se ha comunicador, Forqué se ha quitado la vida en su vivienda a los 66 años.
Una persona llamó al 112 a las 12:49 horas para avisar de un intento de suicidio en una vivienda ubicada en el número 7 de la calle Víctor de la Serna. Hasta el domicilio se desplazaron sanitarios del Summa 112, que solo pudieron confirmar el fallecimiento de la actriz.
Su vocación antes de ser actriz
Antes de decantarse por seguir el ejemplo de su padre y dedicarse al mundo del cine, Forqué comenzó a estudiar Psicología. A los 17 años empezó la escuela de Arte Dramático con el apoyo total de su familia. La actriz tenía una gran relación con su madre, quien la llamaba 'nena'. "Nena me llamaba mi mamá", contaba en 'Público', explicando el motivo por el que a su perra la iba a llamar así.
Con tal solo 19 años logró debutar en el teatro en 'Divinas palabras' con Nuria Espert haciendo de su hija en la obra. Desde entonces, trabajó junto a su padre en varias ocasiones, en obras como 'Una pareja… distinta'. Como consecuencia, siempre se sintió señalada como 'la hija de': "Estuve muy señalada durante un tiempo. Estas cosas les jorobaba. Es lógico y lo entiendo perfectamente".
En una de sus últimas entrevistas a Efe, Verónica Forqué reconocía que el teatro siempre fue el lugar donde se sintió "más feliz y más libre": "Empecé con 19 años. Tener un papá director de cine al que todo el mundo llamaba 'jefe' me encantaba, me parecía lo más. Yo quería dedicarme a eso, quería ser como Conchita Velasco".
"Yo nací en pleno Franquismo, yo soy del 55 y Franco murió en noviembre del 75. Cuando murió, yo estaba debutando en el teatro con Núria Espert porque ella me llamó para hacer de su hija en 'Divinas palabras', la verdad es que he tenido tanta suerte en la vida... Aprendí muchísimo, yo tenía 19 años, cumplí 20 en la gira, me hice un nódulo, no, me hice dos nódulos en la gira. Luego me los curé y aprendí a hablar en el teatro", contaba en 'Público'.
Su vida sentimental
A pesar de que cuenta con una gran trayectoria profesional y de que lleva en el foco público desde hace años, la actriz siempre ha hecho lo imposible por mantener su vida privada al margen. En 1980, mantuvo una relación con el actor Joaquín Kremel. No obstante, un año después, se casó con el director de cine Manuel Iborra. La pareja vivió 33 años juntos, hasta que en 2014 decidieron poner fin a su matrimonio.
"Nos separamos porque era incapaz de vivir una realidad que no era verdad. Es horrible darte cuenta de que no sientes nada por tu pareja, con la que has estado 34 años. Pero he salido muy fortalecida", contaba la propia actriz en una entrevista para el Diario de Navarra. A pesar de ello, la actriz formó una familia con su entonces marido y tuvieron una hija, la que se convirtió en el pilar de la vida de Forqué.
Su hija como el pilar de su vida
La actriz y su hija, María Clara, siempre se han mostrado muy unidas. Ella ha decidido seguir el ejemplo de su madre y también es artista, aunque no se ha decantado por la interpretación, a pesar de haber estudiado para ello en Nueva York y haber participado en The Leftovers, dirigida por su padre. Descubrió el mundo de la puntura y, desde entonces, se dedica a ello y a la fotografía. Bajo el nombre artístico de Virgen María, se define como artista multidisciplinar. "Mi hija es muy valiente. Me da un poco de vértigo, pero la adoro. Yo era transgresora, pero no tanto", opinaba Forqué sobre su hija en una entrevista para el El Mundo.
"Ella es una persona feliz, muy madura, que no se complica la vida por nada. Recuerdo que cuando la llevé a los campamentos saharauis teníamos que dormir en el suelo, a ella todo le parecía bien, es una niña muy inteligente", contaba en Diez Minutos. Ambas siempre han demostrado tener una gran conexión y, desde que se sus padres se separaron, cogieron la tradición de irse de viaje juntas un par de veces al año. Esto se debe a que a Iborra no le gusta volar, por lo que no hacían ningún viaje fuera de España. "Es que desde que me separé viajo mucho, y siempre quise ir a Ámsterdam, era como un sueño tonto de juventud fumarme un porro en Ámsterdam", contaba en 'Público'. "Hago dos viajes al año con mi hija; uno en verano y otro en Navidad", agregaba.
"Es que he vivido en pareja 34 años y mi marido no cogía aviones. Así que tenía muchas ganas de salir y poder conocer. He viajado a Ámsterdam y también he ido a La Habana. Era otro sueño para mí poder conocer Cuba, de pequeñita tenía un póster del Che en mi cuarto. Lo tenía dedicado, aunque en realidad fui yo la que puso Para Verónica, era un poco mentirosilla de aquéllas. Ahora ya no miento nunca, y eso me lleva algún disgusto que otro, pero compensa", contaba en el mencionado medio.
Su adicción
"Fumo marihuana. Aunque no recomiendo a nadie que lo haga, no soy tan insensata, es una droga y como tal afecta a partes de uno delicadas. Pero yo tengo ya una edad que me lo puedo permitir, tengo la vida hecha y mira mi casa, la tengo muy organizada", confesaba en el mencionado medio.
"Fumo todos los días, pero siempre por la noche cuando ha terminado la faena. La maría es lo único que me gusta y no bebo alcohol. Me gusta acercarme al momento de mi muerte con esa serenidad, no estoy orgullosa de ello, pero lo dejaré seguramente", revelaba en una entrevista en el 'Deluxe'.
El peor momento de su vida y la depresión
Aunque logró recuperar la alegría con el tiempo, el terminar con su matrimonio significó uno de los peores momentos de su vida. Además de hacer frente a la ruptura, en diciembre del 2014, la actriz también vivió la muerte de su hermano Álvaro a los 61 años. Todo ello, provocó que Forqué cayese en una depresión que la mantuvo alejada de la interpretación durante medio año. Tras meses de terapia y medicación, logró recuperarse.
"Con tratamiento y pidiendo ayuda se sale y se sale más fuerte y mejor, pero es necesario la ayuda de psiquiatras, de médicos y del tiempo, además de la fuerza de uno… La vida sigue", contaba en una entrevista para '¡Hola!', explicando cómo había logrado superar la depresión y continuar con su vida. La artista siempre señalaba el gran parecido de su hija a su hermano Álvaro.
"He sido una mujer sometida y no fui consciente hasta que casi me muero por la depresión. A Manolo, mi ex, no se le podía decir nada, había que decirle sí a todo, porque si le decías alguna inconveniencia, se enfadaba y se le ponía el morro hasta la barbilla. Al final todos tus deseos desaparecen porque para qué vas a desear un viaje o un plan diferente si no lo puedes llevar a cabo. Así que cuando empecé el tratamiento mi psicoanalista me dijo, Verónica, cariño, el problema no es Manolo, el problema eres tú porque no puedes decir que no a nada", contaba en 'Público'.
Asimismo, los viajes a la India y el seguir los consejos de un gurú hindú también le ayudó a recuperarse: "Seguir a los grandes maestros es el camino para no sufrir, vivir el presente y amar al prójimo como a ti mismo es una buena fórmula; casi nunca se consigue, pero el intento está ahí", decía tras contar que en su día a día intentaba mantenerse con la ayuda del yoga y la meditación.
No obstante, cuatro años después, en 2018, volvió a pasar un complicado momento cuando su madre, con quien tenía una estrecha relación, falleció a los 95 años. "Es que lo he pasado muy mal, tuve una depresión horrorosa en 2014 cuando me di cuenta de que había dejado de querer al amor de mi vida. La superé con medicamentos y psicoanálisis, pero luego murió mi hermano y fue otro mazazo. Y a los cuatro años, en 2018, falleció mi madre", explicaba en el mencionado medio.
A pesar de ello, la depresión la persiguió durante años, por lo que nunca logró dejar la maría. "La vida es insoportable. Yo cuando era joven no quería vivir", contaba en una entrevista para el 'Deluxe'.
Ante la sorpresa de los presentes, explicó que se debía a que pensaba que nadie la apreciaba. "¿Y cómo sacaste ganas?", le preguntaba Chelo García Cortés. "Yo no", respondió la actriz. "Yo decía: '¿Esto va a ser así siempre? Nadie me quiere, soy lo peor, la más bajita, la más tonta'", confesaba. "Ni me lo creo, a veces pienso 'Cumplí 50, ¿no?'. No me gustaría vivir tanto como dicen que lo haremos", decía en una entrevista para 'Semanal'.
Sin embargo, su primera depresión la sufrió cuando su hija se fue a vivir a Tailandia seis meses con su pareja, varios años mayor que ella. "Empecé teniendo pereza por todo, mi pareja se me vino abajo, ¿Tú sabes lo que fue eso...? María en Tailandia, Manolo como un pingo, fue una época horrorosa. El psicólogo me dijo ‘a veces la pilas se agotan’", contaba en el 'Deluxe'.
Su participación en 'El resplandor'
Forqué cuenta con una extensa trayectoria profesional, lo que pocos saben es que tuvo la oportunidad de trabajar con Stanley Kubrick. El director quiso supervisar personalmente el doblaje de 'El resplandor', por lo que fue hasta España para elegir a los actores que pondrían voz a sus protagonistas. Los seleccionados fueron Joaquín Hinojosa y Verónica Forqué. "Cuando Kubrick me eligió para doblar El resplandor, me dio un subidón", recordaba la actriz en una entrevista.
"No me eligió porque me hubiera visto como actriz, sino porque mi timbre de voz era muy parecido al de Shelley Duvall", contaba. "El director de doblaje, Carlos Saura, le mandó las voces de varias actrices y Kubrick eligió mi voz. Me dio una alegría enorme. Cuando entré en la sala de doblaje y me pusieron la primera toma, sentía una enorme responsabilidad, pero creo Kubrick quedó muy contento", declaraba.