CÓRDOBA
Castella, Manzanares y Roca Rey, a hombros en Pozoblanco tras repartirse ocho orejas
Triunfal festejo en Pozoblanco con casi lleno y un encierro de Álvaro Núñez Benjumea con posibilidades.
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Los matadores Sebastián Castella, José María Manzanares y Andrés Roca Rey se han repartido hoy en Pozoblanco (Córdoba) ocho orejas en una tarde donde se ha lidiado un encierro de Álvaro Núñez Benjumea, con posibilidades, ante una afición que casi ha completado el aforo del recinto y en la que ha destacado el torero peruano, desorejando a sus dos enemigos y evidenciando su rango taurino actual.
Castella abrió plaza con un apéndice tras una sesión en la que puedo torear con solvencia a la verónica, sin acabar de emplearse. En su faena de muleta, anduvo condicionado por el viento y la justas limitaciones el astado, el más flojo, que le permitió lucimiento a intervalos sobre la diestra. Fue efectivo con el estoque.
Ante el cuarto, al que no pudo torear de capa, realizó una faena con mayor variedad por ambos pitones, resultando la secuencia una tanto alargada y adormecida, llegando a despertar en el último segmento, donde el torero ligó un par de seriales que le sirvieron de sustento para cortar su segunda oreja.
José María Manzanares erró con el acero ante el segundo una faena en la que anduvo más solvente que ante su segundo antagonista, al que desorejó. A su primero, un buen enemigo, lo toreó con entidad con la zocata, alcanzando rango a destellos y ligando a compás abierto. El estoque, que le hizo guardia, le privó de tocar pelo. Quiso compensar la autoridad en el último, al que cortó dos orejas que resultaron algo largas. El alicantino, con voluntad y empaque, resolvió toreando a un astado menos claro y que presentó dificultad, resultando una faena menos armónica pero vistosa.
Roca Rey anduvo a un gran nivel a lo largo de toda la sesión, reivindicando su papel de baluarte de un escalafón que se sustenta en gran medida, en el tirón del diestro.El peruano dominó a sus dos oponentes evidenciando un más que alto rango taurino. Le cortó dos orejas al tercero, al que se le llegó a pedir el indulto y que fue premiado con una vuelta al ruedo en el arrastre. Roca Rey toreó sin enmienda, desde la capa hasta el estoque, brindando una faena completa, cargada de profundidad en las series y ejecutada desde la firmeza y el mando.
Al último, de menos posibilidades, le consiguió arrebatar una faena construida por el lidiador y fundamentada en la entrega. Remató con unos ayudados por alto tras sortear con ambas manos un serial en crecimiento que tuvo profundidad con la mano izquierda. De nuevo, fue muy efectivo con el estoque.