4ª FERIA DE BEGOÑA
Castella, Talavante y Rufo, a hombros en el cierre de la renacida Feria de Gijón
La terna ha salido este viernes a hombros en el cuarto y último festejo de la recuperada Feria de Begoña de Gijón.
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Castella exhibió su versión más templada para cuidar y aprovechar al máximo al bonancible pero flojito ejemplar de José Vázquez que abrió la tarde, al que ligó tandas de largos y cadenciosos muletazos por el pitón derecho en una labor coronada de una eficaz estocada y premiada con una oreja.
Y prácticamente el mismo guión tuvo que llevar a cabo el francés frente al cuarto, otro toro sin fuerzas al que condujo con sumo temple sobre ambas manos en otra labor de oficio y buena técnica, y que le valió para sumar otro trofeo más.
Talavante se enfrentó en primer lugar a un toro tan noble como blando, al que recibió con dos faroles y al que toreó con suavidad a media altura antes de recurrir a lo accesorio (luquecinas, desplantes y hasta bernadinas) para acabar de argumentar una actuación reconocida con un trofeo.
Y otra oreja más, esta más amable si cabe, logró Talavante del quinto, un toro al que le faltó clase y entrega y con el que el extremeño, que inició faena de rodillas, no acabó de entenderse en una labor un tanto deslavazada y a la que le sobró también el pinchazo previo a la estocada final.
Lo más destacado de la primera faena de Tomás Rufo fue el precioso saludó a la verónica que interpretó a un toro que se vino abajo a las primeras de cambio, sin fuerza alguna, y al que cuidó después el toledano a base de temple a media altura en una faena a la que le faltó oportuna rúbrica en la suerte suprema.
Con la salida a hombros asegurada de Castella y Talavante, había que asegurar la fiesta completa, de ahí que Rufo acabara cortando las dos orejas del último toro de la feria, a la postre el mejor del sexteto y al que cuajó una faena muy dispuesta y, sobre todo, muy comunicativa con los tendidos.