CIUDAD REAL

La elegancia de Curro Díaz fluye de entre tanta aspereza en Herencia

Curro Díaz paseó dos orejas en una tarde marcada por el escaso juego de la corrida de Castillejo de Huebra. Fernando Tendero paseó un trofeo.

El diestro de Linares, Curro Díaz

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Una elegante faena de Curro Díaz, premiada con dos orejas, ha sido, a la postre, lo único y más destacado desde el punto de vista artístico de la corrida celebrada este sábado en Herencia (Ciudad Real), y en la que Fernando Tendero ha sumado también un apéndice.

Pero la acción del viento, junto con el deslucido juego ofrecido por los toros de Castillejo de Huebra y el remiendo de José Manuel Sánchez corrido en segundo lugar, dieron al traste las expectativas de los dos matadores que más necesitaban del triunfo, como son Andrés Palacios y Fernando Tendero.

Abrió plaza un toro noblón y muy justito de raza que metió mejor la cara por el pitón izquierdo desde el inicio. Sin embargo Curro Díaz optó por basar su dilatada faena en el derecho al abrigo de las tablas para evitar en la medida de lo posible el inconveniente del viento reinante.

Lo mejor llegó en algunos naturales aislados de buen corte, sin que el trasteo llegara a tomar vuelo. Dejó más de media y escuchó tanto un aviso como una ovación.

La tarde, en lo artístico, rompió en el cuarto, que ofreció a Curro Díaz un buen pitón izquierdo que el de Linares, perfilero pero con una elegancia innegable, condujo por abajo, dejando, con diferencia, los mejores momentos del festejo.

Por el derecho el de Castillejo de Huebra no se desplazaba y se defendía con un molesto punteo. Remató su faena de media tendida y cortó los dos únicos trofeos de la tarde.

Sin entrega ni clase se movió el segundo. Tampoco su matador, Andrés Palacios, anduvo sobrado de confianza, quizás debido al muy incómodo viento.

Hubo muchos muletazos (llegó a escuchar un aviso antes de entrar a matar) pero ninguno para guardar en la memoria. Mató al segundo intento, si bien fue con el descabello con el hizo doblar al toro. Silencio y dos avisos fue su balance.

En el quinto, Palacios, torero de corte magnífico, tampoco pudo mostrar su valía frente a un toro abanto y deslucido por falto de entrega y clase, dejando, únicamente, algún derechazo destacable. Entró a matar -como anduvo toda la tarde- sin confianza, con los consiguientes fallos, silenciándose su labor tras escuchar un aviso.

El tercero solo tuvo alguna opción por el pitón derecho, por condición y por poder llevar la muleta montada con la ayuda por ese lado. No es que el de Castillejo de Huebra fuera un dechado de entrega ni recorrido, pero se dejó.

Fernando Tendero, su matador, se justificó con pies firmes pero sin alcanzar brillantez ni continuidad. Anduvo desacertado con los aceros, sobre todo con el descabello. Silencio tras aviso fue su balance.

Poco pudo rascar Tendero en el que cerró plaza, un ejemplar sin fijeza ni celo, y que, además, por el derecho cazaba moscas.

Con estos mimbres el manchego se puso con ahínco por el izquierdo, hilvanando algún natural aceptable completo y dejando otros a medias por la falta de acometividad de su oponente. Mató a la segunda, recibiendo una oreja como premio a su esfuerzo.

Herencia (Ciudad Real), sábado 27 de marzo de 2021. 500 espectadores en los tendidos, que era el foro máximo permitido.

Cinco toros de

y uno de

(2º). Deslucidos por descastados y faltos de entrega y clase, a excepción del buen pitón derecho del tercero y el izquierdo del cuarto.

Curro Díaz, saludos tras aviso y dos orejas.

Andrés Palacios, silencio tras dos avisos y silencio tras aviso.

Fernando Tendero, silencio tras aviso y oreja.

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