MADRID

Emoción, toreo y sangre en una épica faena de Javier Cortés

El diestro madrileño cortó una oreja y recibió una fuerte cornada en la Corrida Goyesca de Las Ventas.

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Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

5 min lectura

El toreo siempre será emoción. Es imprescindible que lo que pasa en el ruedo trascienda a los tendidos y pellizque el corazón de los asistentes a una plaza de toros. Todo se puede revestir después de una técnica , de una estética... pero si no hay emoción, el toreo pierde una parte vital de su esencia.

Una emoción que se vivió este miércoles en la Monumental de Las Ventas. Fue en el quinto, un torazo de La Reina de 655 kilos y dos leños por delante. Suponemos que se refería a este toro Joselito cuando dijo en la previa eso de los “cojones” de los toreros para ponerse delante de semejante animal. Después el toro tuvo cierta bondad gracias a la firmeza de plantas de Javier Cortés. El prólogo de faena al natural mirando al tendido. Toda una declaración de intenciones. Pero al echarse la muleta a la diestra no terminó de vaciar la embestida y el toro no perdonó en el pase de pecho. El hachazo seco a la parte posterior del muslo derecho y la sangre que brotó con rapidez. Se mantuvo en el ruedo el torero de Getafe para demostrar que el toreo es, ante todo, emoción y sensibilidad. Con una pureza brutal y una pierna que ya no respondía, dejó dos tandas al natural y una en redondo sobrecogedoras por la dimensión y el esfuerzo. La plaza en pie. Sin facultades ya, citó en la suerte de recibir para dejar más media estocada perpendicular que ejecutó en dos tiempos. Se echó el toro aún con la plaza conmocionada. Se pidieron las dos orejas, pero un palco insensible dejó todo en un trofeo. De peso la oreja, pero insuficiente después de lo visto y, sobre todo, vivido.

Antes, se había protestado al primero de su lote por la psicosis de la báscula. 510 kilos marcaba. Un toro serio y bien hecho que demostró la inutilidad de la tablilla si no se sabe ver al toro. Manseó el de La Reina y pareció que se iba a venir arriba cuando Javier Cortés le presentó la zurda sin probaturas en el inicio de faena. Hubo algún natural de buen trazo pero el toro después comenzó a quedarse en las zapatillas cuando el madrileño le obligó por abajo. Lo intentó Javier, pero el animal ya había puesto el freno de mano. Un pinchazo y un feo bajonazo dejaron todo en un silencio respetuoso.

En esta Goyesca, había salido pronto un toro de premio. El abreplaza, mansito en los primeros tercios y sin fijeza alguna. Un toro que rompió a bueno en la faena de muleta. Nobleza, clase, prontitud... Iván Vicente lo cuajó por momentos. Tras un inicio prometedor por el pitón derecho en el que hubo clasicismo, buena composición y acompañamiento de la embestida, lo mejor llegó en una tanda al natural de mano baja y mayor dominio. Sin embargo, después no abundó por este pitón y al pasar de nuevo al derecho todo se embarulló. Tras una estocada contraria se pidió una oreja que el palco no concedió. El toro se fue con las orejas puestas al desolladero e Ivan dio una vuelta al ruedo compensatoria.

Al zambombo cuarto le sobraron kilos y le faltó raza y motor para tirar de tanta carrocería. No tuvo mal aire el de El Tajo en el inicio de faena en el que se gustó Iván. Pero después todo se espesó y ni rompió el toro ni la faena. Lo mejor, sin duda, la estocada con la que concluyó su labor el torero de Soto del Real.

Tuvo su seriedad el primero del lote de Gonzalo Caballero. Se esperaba la respuesta en el ruedo del madrileño tras la afrenta a Simón Casas en la presentación de la Feria de San Isidro. Una respuesta que no llegó en este toro, un astado que se movió al paso, sin celo y chispa alguna. La faena nunca cogió vuelo y tampoco tuvo buen remate con la espada.

Con la plaza aún con la sensibilidad a flor de piel tras lo vivido en el quinto toro, Gonzalo fue volteado cuando pasaba de capote al sexto. Tras el brutal golpe el torero pareció quedar en KO técnico. Lo llevaron en volandas hasta la enfermería, de donde volvió a salir antes de que Iván Vicente cogiese la muleta. Con un torniquete en la pierna izquierda, la labor del joven torero fue todo entrega. Es verdad que no hubo esquisiteces artísticas, pero nadie podrá poner en duda su disposición y voluntad en busca de un triunfo que no llegó. 

Madrid, miércoles 2 de mayo de 2018. Corrida Goyesca. Casi media plaza. (10.871 espectadores según la empresa).

Cuatro toros de 

 y dos de 

 (1º y 4º), bien presentados pero muy desiguales de hechuras y también de juego dispar. El mejor, en noble y enclasado primero. Manejables quinto y sexto. El resto, desfondados.

Iván Vicente, vuelta tras petición y silencio tras aviso.

Javier Cortés, silencio y oreja.

Gonzalo Caballero, silencio tras aviso y saludos.

Parte médico de Javier Cortés: "Cornada en tercio medio, cara posterior del muslo izquierdo con una trayectoria ascendente de 20 cms, que produce destrozos en músculos isquiotibiales, contusiona nervio ciático y alcanza el fémur. Pronóstico grave".

Parte médico de Gonzalo Caballero: "Cornada en tercio superior, cara lateral del muslo izquierdo con una trayectoria hacia dentro de 5 cms, que produce desgarro de la fascia lata y músculo vasto interno; y contusión cervical, pendiente de estudio radiológico. Pronóstico es menos grave".

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