VALENCIA

Insaciable Roca Rey, a hombros, que acabó el papel y acabó con el cuadro

El magisterio del peruano salva una sorprendente, por decepcionante, corrida del hierro de Victoriano del Río.

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La Feria de Fallas está siendo una gran feria. Excelente. Está yendo muchísima gente a los toros y la atmósfera taurina, más allá de los cuatro de siempre, está siendo espléndida… Y eso jode. Artística y empresarialmente la feria ya estaría salvada y eso que aún queda un fin de semana repleto de alicientes por delante. Faltaba lo de esta tarde de Roca, que acabó el papel y acabó con el cuadro saliendo a hombros. Dos orejas del quinto.

La pena, la desgracia y la vergüenza es que À Punt, el Canal 9 del Botànic, al servicio del gobierno “megaprogre” y de los ultras que quedan de Oltra, siga censurando y prohibiendo sistemáticamente una realidad cultural con la fuerza popular del toreo. A los cerebritos que la teledirigen y a quienes redactaron el libro de estilo, manual de estilo sectario y censor, se les debería caer la cara de vergüenza por conjugar el verbo prohibir. Lo mejor es que los toros siempre han estado y estarán por encima de patriotas, fascistas y sinvergüenzas. A tragar y a rezar en las elecciones.

Roca Rey acabó el papel. Pronóstico facilón. El peruano, que cuenta sus paseíllos casi por salidas a hombros, vestido de caldera y oro con toques picassianos, puso la plaza a revientacalderas en el quinto.

El quinto salió con pies. Y el público festejó el brío. Contado el poder luego. Aguado quitó y echó el toro al suelo. Pidió disculpas a Roca y el peruano, resignado, abrió los brazos. Hizo bien el presidente en sacar el pañuelo verde. Ese fue el punto de inflexión de la tarde. Al final acabó sacando dos pañuelos blancos.

El sobrero, un hombre, manseó de salida. La cara por la esclavina, arreones de manso. Cambió el guión en la muleta. La magia de las figuras del toreo, que hacen del destino lo que quieren. Lo hizo romper Andrés, afianzó su embestida, imantada y seducida. Hubo una serie primera y otra casi al final que fueron cumbre. Y otra. Y los de pecho, y el circular con el toro entregado. La gente asombrada por el encaje, asiento y aplomo. En redondo el toreo, macizos los muletazos, hundido el cuerpo, liberado el sentimiento. Espadazo, dos orejas y Puerta Grande con el madrileño César Jiménez como testigo, en una contrabarrera de capotes, dueño y señor en Puertas Grandes consecutivas de Valencia. No habrá sido la faena más redonda y rotunda de Roca en esta plaza pero sí tuvo mucho mérito levantar la tarde. Magisterio e intensidad. Y categoría.

Suelto, manso y muy violento fue el segundo. Pascual Mellinas hizo un quite providencial cuando el toro tenía cogido a Viruta. En la memoria, Domingo Navarro, de los mejores terceros de la historia reciente. Roca se fajó con el toro, de poder a poder. Asentado, se la jugó hasta que el bicho, herido en su orgullo, se rajó cuando se sintió podido.

El primero de Victoriano fue un zambombo, 566 kilos. Basto. Infumable el toro, inédito el torero. El cuarto, burraquito, era toro prototipo de Los Bayones. Por fuera y por dentro. Noble, boyante. Buen saludo de De Justo con una media en los medios de categoría. Fenomenal el inicio de faena. Torero, bien cosida la embestida, ni un enganchón, ni la más mínima tensión. Hubo una serie de notable acople. Inteligente el extremeño dando pausas al toro. Templado el toreo en redondo. Por el izquierdo se quedó corta la embestida. Unas manoletinas con el toro ya muy desfondado precedieron un pinchazo, una media, un descabello y un aviso.

Con el capote, Pablo Aguado esparció el aroma del Guadalquivir en la capital del Turia. Primero a la verónica, sevillana, clásica, de manos más bien altas. Luego voló la chicuelina, alada, dibujada. El prólogo hizo presagiar faena grande. Pero no rompió. Intermitente Aguado, con gotas de perfume caro. Las trincheras, el cambio de mano, el molinete, el trincherazo. No se llegó a armar la faena pero ahí quedaron detalles de torería superior.

El sexto no ayudó a Aguado a esparcir esencias. Sin gracia la embestida. La tarde ya estaba vista para sentencia: Roca volvió a dictar su dominio y autoridad. El puto amo en la taquilla y ante el toro.

Valencia, viernes 17 de marzo de 2023. 7ª de Feria. Lleno de 'No hay billetes'.

Toros de

(incluido el quinto bis), bien aunque desigualmente presentados y de pobre juego. Infumable el primero, violento el manso segundo, notable el tercero, boyante pero muy a menos el cuarto, de buen fondo el quinto, sin gracia el sexto.

Emilio de Justo, silencio y ovación.

Roca Rey, silencio y dos orejas.

Pablo Aguado, ovación y silencio.

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