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Morante de la Puebla, a la búsqueda de las cien corridas para evocar a Gallito

El sevillano pretendía alcanzar este sábado en la plaza abulense de Arenas de San Pedro su paseíllo número 100.

Morante de la Puebla durante su primera actuación de 2022 en la Feria de Valdemorillo

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Morante de La Puebla alcanzará este sábado en la localidad abulense de Arenas de San Pedro la cifra de cien festejos toreados en la temporada 2022, un reto que se planteó como un homenaje personal a la figura de Joselito El Gallo, uno de sus grandes referentes.

José Gómez Ortega fue el primer torero de la historia que logró superar la marca del centenar de paseíllos. Lo consiguió en tres temporadas consecutivas, de 1915 a 1917.

Eran los años centrales de la llamada Edad de Oro del toreo que Gallito compartió con Juan Belmonte, que también logró superar la célebre marca en 1919 al sumar 109 tardes.

José Gómez Ortega, Joselito El Gallo

José Gómez Ortega, 'Joselito El Gallo'

Hubo que esperar hasta 1945 para encontrar a un torero que lograra superar la marca. Fue el mexicano Carlos Arruza, que llegó a las 108 en plena competencia con el célebre Manolete.

En 1948, fue Luis Miguel Dominguín el encargado de redondear las cien corridas justas, y ya hubo que esperar a la España del desarrollismo para que Manuel Benítez "El Cordobés" rebasara el centenar de festejos en 1965, con 111. Al año siguiente fue Paco Camino, as de la Edad de Platino, el que se acercó a la mitificada cifra con 95 festejos toreados.

Pero Manuel Benítez volvería a la carga en el 67, acaparando 109 funciones. El diestro fuengiroleño Miguel Márquez también rebasó la marca de las 100 en el 68 y estuvo muy cerca en el 69, en el que alcanzó 97, a la vez que El Cordobés se embarcaba en la célebre 'guerrilla' junto a Palomo Linares para plantar cara al búnker empresarial de la época.

Todo iba a dar la vuelta en 1970. El Cordobés toreó 121 corridas de toros estableciendo una marca que se antojaba imbatible, concluyendo su temporada en la plaza de Jaén subiéndose a los lomos de un toro de Carlos Núñez. Era la apoteosis de la heterodoxia pero también el principio del fin de una época que daba paso a una difícil transición taurina marcada por la retirada del propio Benítez y la imposición del llamado 'toro del guarismo'.

El Cordobés en un brindis durante la Corrida de Beneficencia de 1964 en Las Ventas

El Cordobés en un brindis durante la Corrida de Beneficencia de 1964 en Las Ventas

Aquel complejo periodo taurino finalizó con la trágica muerte de Paquirri en Pozoblanco. Al año siguiente, en 1985, comenzaba el reinado de Espartaco y un renacimiento de la propia fiesta, desenvuelta y desacomplejada en la España de "la movida" y el llamado "cambio felipista", paralelo a la irrupción del diestro de Espartinas que alcanzó por primera vez la cifra de cien corridas toreadas en 1987. Volvería a conseguirlo en 1990, sumando 107.

Con los 90 se operó un auténtico boom económico y social -la llamada España del pelotazo- que también tendría retrato en las plazas de toros. El valenciano Enrique Ponce había tomado el testigo de Espartaco en la batuta de la fiesta alcanzando el centenar de funciones en el 92. Volvería a conseguirlo en 1993, con 110 festejos y seguido muy de cerca por Jesulín de Ubrique que cumplió 98 contratos.

Pero todo estaba a punto de dispararse con el telón de fondo de la burbuja inmobiliaria que amparó, aliada con las televisiones privadas, la gran explosión taurina de esos años. Jesulín, que había logrado convertirse en un animal mediático a raíz de su célebre -y premeditada- bajada de pantalones en un programa de televisión, llegaría a torear 133 corridas de toros en 1994.

El torero de Ubrique, rotos todos los moldes, aún fue capaz de torear 165 corridas de toros en la temporada de 1995, una marca imbatida hasta la fecha. El Litri y Manuel Díaz "El Cordobés" llegarían a sumar 133 y 125 funciones, respectivamente. Se había marcado un techo que no se ha vuelto a alcanzar.

Pero la cosa continuaba lanzada en aquellos de desmesura económica y taurina. Jesulín sumó 121 en 1996, seguido de Ponce y El Cordobés, que llegaron a las 111 y las 100. En el 97 tomó el relevo Ponce, que llegó a las 108, la misma cifra que sumó Manuel Díaz 'El Cordobés' en 1998.

Paseíllo de Jesulín de Ubrique en la plaza de Aranjuez en 1994 en la corrida que dedicó a las mujeres

Paseíllo de Jesulín de Ubrique en la plaza de Aranjuez en 1994 en la corrida que dedicó a las mujeres

El Juli había tomado la alternativa en 1998 convirtiéndose en un maestro juvenil y precoz, la máxima estrella del momento. Esa atracción se tradujo en las 132 corridas que sumó en 1999, su primera temporada completa como matador de toros. Ponce le siguió la estela, alcanzando 108. La misma pareja se iba a situar al frente del podio en la temporada de 2000 con 106 y 101 corridas respectivamente.

La carrera del ladrillo seguía desbocada, amparando la multiplicación de festejos y ganaderías, sin advertir el precipicio que se avecinaba. Finito de Córdoba abrió el siglo XXI alcanzando la cifra de 102 corridas en 2001. Ponce, una vez más, tampoco renunció al centenar. En 2002 fue El Juli el que rebasó la ansiada centena -toreó 112 corridas- seguido de Finito, que cumplió 104.

En 2003 nadie logró alcanzar la mitificada marca aunque César Jiménez sí lo lograría en 2004 sumando 106 mientras se empezaba a intuir el final de la burbuja. El Fandi tomaría el relevo en el marcador rebasando la centena en 2004, 2005, 2006 y 2008, en el que rubricó 111 contratos. Nadie, hasta la fecha, ha vuelto a sumar más de cien corridas en una sola temporada.

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