1ª SAN ISIDRO
Revista de prensa | Los primeros silencios de San Isidro
Consulta en cope.es las principales crónicas publicadas sobre el primer festejo de la Feria de San Isidro
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"Seis novillos, seis silencios", por Sixto Naranjo (COPE.ES)
Treinta años sin que comenzase una Feria de San Isidro con una novillada y otros treinta que pasasen despues de vivir un gris inicio del ciclo madrileño. La novillada de Guadaira tuvo más movilidad que entrega y verdadera casta.
"Comienzo de San Isidro con tormenta", por Andrés Amorós (ABC)
Empieza la Feria de San Isidro en una tarde tormentosa, con novillos de Guadaira (que dejó el encaste Buendía para apuntarse a Jandilla), serios pero deslucidos. Un plomizo silencio ha rematado las seis faenas.
"Un buen novillo y seis silencios", por Zabala de la Serna (EL MUNDO)
Bravo de veras en el caballo fue el utrero de Carlos Ochoa. Un fuerte puyazo lo sangró a modo; más medido el siguiente. Entre sus muchas virtudes -humillación, fijeza, repetición- no estaba salirse de los vuelos. Ochoa brilló por momentos pero no se encontró cómodo. Y le costó un mundo hallar la colocación con tanta reposición.
"Made in Madrid", por Patricia Navarro (LA RAZÓN)
Retomamos el pasado con una de Guadaira. Y más nubes que sol. En el cielo y en los tendidos, a pesar de una generosa entrada, cerca de los tres cuartos. Lo que sería un entradón en la mayoría de las plazas. Poníamos el contador a cero. El túnel de San Isidro, en el que nos encerramos durante más de treinta tardes de manera ininterrumpida...
"Necesitaba un favor y le hicieron la pascua", por Antonio Lorca (EL PAÍS)
No es normal que un joven y desconocido novillero se presente en Madrid en plena feria de San Isidro. Pues, no, mire usted. O es un fenómeno y la gente está dispuesta a empeñar el colchón para no perdérselo o no tiene una lógica explicación. O sí. Su apoderado, con buena intención, sin duda, habrá removido cielo y tierra para que el muchacho tenga la oportunidad de su vida y demuestre lo que lleva dentro, y resulta que el favor se ha convertido en un regalo envenenado.
"Sólo quedan 33", por Paco Aguado (EFE)
A la intrascendencia del espectáculo contribuyó de manera casi absoluta el desrazado juego de los novillos de Guadaira, que, por falta de fondo y de fuerzas, cuando no por su áspera actitud defensiva, impidieron que el esfuerzo de los novilleros arrojara resultados mínimamente lucidos.
"Solo los naturales de Ochoa", por Juan Diego Madueño (EL ESPAÑOL)
El ambiente lo traía Carlos Ochoa, el líder de la novillería de Madrí. Hay algo en él de ese novillero chuleta. Un halo. Anda de puntillas, es delgadísimo y tiene una melena de barrio. Es todo cintura. El último producto de la vieja escuela del Batán. Y carga con la herida de la muerte de Víctor Barrio. Callado, parece educado y triste.
"Pobre cartel y sombrío comienzo", por Carlos Ilián (MARCA)
La novillada de Guadaira, seria de presentación, eso estaba a la vista, se comportó, sin embargo, con mansedumbre y una ausencia de casta clamorosa. Por salvar de la quema a algún ejemplar tal vez sea el segundo, que se movió y embistió con cierta codicia, la excepción de los de Guadaira.
"'Culo' o trasero", por Ismael de Prado (Mundotoro.com)
Tienen algunas novilladas el defecto que, a bote pronto, no enamoran por hechuras. Si además su tamaño -el tamaño sí que importa- es eufemismo de toro, su comportamiento no es de novillo, sino de toro. Y novilleros frente a toros no es buena ecuación.
Poca historia tuvo el primer capítulo de la novillada que inauguró San Isidro. El novillo de Guadaira, descarado y hondo, no se definió hasta el último tercio, en el que no se empleó.
"La primera no romper el hielo", por Marco Antonio Gómez (Cultoro.com)
Le dio distancia el joven Ochoa, que aprovechó por a mano diestra las virtudes del animal. Por el izquierdo fue más irregular su disposición, pero los argumentos técnicos los volvió a sacar en el epílogo por la diestra. Faena con muchas ganas pero a la que le faltó reposo.