Toreros, sacerdotes y un cardenal, en el I Encuentro Internacional de Capellanes Taurinos

Este pasado fin de semana en Zamora se ha celebrado el Primer Encuentro Internacional de Capellanes Taurinos. Una cita en la que no solo han estado presentes estos sacerdotes también han participando figuras del toreo e incluso un cardenal.

Un congreso que ha finalizado con una Eucaristía en el municipio de Toro, en Zamora. Durante todo el fin de semana capellanes taurinos de todo el mundo, algunos de Mexico o de Venezuela, han reflexionado sobre la estrecha relación entre la fe católica y la tauromaquia.

Uno de estos sacerdotes es Víctor Carrasco de la diócesis de Toledo que nos ha atendido en TRECE. Él es tan aficionado que a menudo también torea incluso con su sotana puesta. Nos cuenta que el mundo del toro está muy ligado a la fe por sus valores y porque es una fiesta que ensalza el valor de la vida. Señala que los toros son una tradición y un mundo en el que siempre se está entre la vida y la muerte pero en la que siempre renace la vida. Considera que esto es lo que une esta fiesta de los toros con la fe.

Funciones del capellán taurino

Él también nos explica que su tarea en las plazas es la de estar de manera discreta, la de acompañar de manera que su presencia reconforte a aquellas personas que van a jugarse la vida.

Además de capellanes taurinos en las distintas conferencias celebradas han participado los toreros José Ortega Cano, Cristina Sánchez y también el cardenal venezolano Baltazar Porras, arzobispo de Caracas, quien ha recordado a los sacerdotes, que la tauromaquia enriquece su ministerio.

Lo que se busca con este encuentro es dar a conocer la figura del capellán de las plazas de toros y darle un reconocimiento oficial.

En una plaza de toros el capellán es el encargado de dignificar la capilla, de celebrar la eucaristía y los días de festejo de acompañar espiritualmente a los toreros, de perdonar sus pecados o de resolver sus dudas. Una labor discreta pero muy importante y muy valorada entre los que se ponen delante del toro y se juegan cada tarde su vida.