5ª NTRA. SRA. SAN LORENZO

Victoriano del Río triunfa en el festival de orejas que cerró Valladolid

Castella, Manzanares y Tomás Rufo salen a hombros junto al ganadero Ricardo del Río, que lidió una gran corrida.

Rufo, Manzanares y Castalla, con Ricardo del Río y su mayoral al fondo, a hombros en Valladolid

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Silencio por parte del público y temple por parte de Castella

con el capote

en el que abría el festejo. Empujó en el picotazo que recibió en el caballo. Quito por chicuelinas y tafalleras de aquella manera. Estuvo a todo y a todos en banderillas.

El francés supo claramente que a izquierdas el toro galopaba y se desplazaba. Aun así, en el inicio al natural, con mucha clase, pero algo se desentendía a la salida del muletazo. Muy encima del de Victoriano Castella. Con la derecha mejor colocación por parte del galo y más humillación por parte del toro. No terminó de romper la faena aún a las ,anoletinas de epílogo. Estocada en la suerte contraria. Dos orejas

también de aquella manera, incluso sin petición.

Soso el cuarto de la tarde. Lo puso difícil en banderillas. Francia brindó a Valladolid de parte de Castella. Humillación del de Victoriano y Castella estuvo con arrebato. Siempre en la distancia corta muy templado y con mando. Un gallo el francés en un gallinero que a las alturas de festejo se había convertido la plaza de toros de Valladolid. Distancia, ritmo y buen toro el de Victoriano. Faltó conexión, por eso de que sería la última de la feria (es mi apreciación). El toro no se cansó de embestir y Castella de torear, pero faltó aquello que es la emoción y no fue por culpa del zapato de Victoriano. Bajonazo.

Al relance acudió al caballo el primero del lote de Manzanares, sin entrega. Que años aquellos en los que el diestro alicantino llenaba los tendidos del coso del Paseo de Zorrilla. Del comienzo de muleta ni un pero, templado y mucha nobleza por parte del toro. Se salía el de Victoriano de la pañosa al final del muletazo, aún así Manzanares intentó tapar el defecto con el famoso “pico”.

No le vimos al natural.

Mató en la suerte de recibir y el presidente volvió al festival del “ayer y del hoy” de las orejas.

Agarrado al piso el quinto. Pronto se lo sacó a los medios con el capote.

Más toro que el resto de sus hermanos. Embestía de igual manera, suave, con clase, incluso esa bondad sin ser bobalicona. Lo expresó por los dos pitones y Manzanares le dio de su medicina. Distancias y sitio, embebido en la muleta, pero sobre todo temple, mucho temple. Buena estocada. Dos orejas, estas de ley

Se fue de najas en el saludo capotero el primero de Tomás Rufo. Buen puyazo por parte de Manolo Sayago. Buen tercio de banderillas protagonizado por Sergio Blasco y Fernando Sánchez.

Muy enrazado este toro de nombre “Amante”, al que el de Pepino se puso de rodillas en el comienzo de muleta con poder y pudiendo al toro. Se desplazaba con buen tranco por el pitón derecho. Firme y buena colocación. Sin terminar de acoplarse por el pitón izquierdo al que también la colocación de Rufo no fue a la que nos tiene acostumbrados. La mejor serie a derechas llegó al final. Estocada desprendida y otras dos orejas. Falta de seriedad.

Cerró plaza un toro de capa “salinera”. Disiento del matiz, pero doctores tiene la Santa Madre Iglesia y más en esta casa para la que colaboró. Hizo hilo en banderillas. Excelencia con los avivadores de Andrés Revuelta y Fernando Sánchez. Me quedo con el cambio de mano en el trasteo inicial.

Tiempo, tempo y distancia. Y es que Rufo, ayudado por el silencio del respetable encontró terrenos para la faena. Aun así la rotundidad a la que nos tenía acostumbrado Rufo en Valladolid no estuvo presente. Por debajo del de Victoriano. Hay que decir a favor del toledano que el toro tenía su aquel, pero mi humilde opinión dice que no se comía a nadie. Optó por el arrimón. La espada privó a Valladolid de récord en orejas.

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